miércoles, 7 de diciembre de 2011

Parece que al Ministro Pedro Calzadilla solamente está interesado en el desarrollo de las Empresas Culturales y la industria de boulevard

  Por Antonio José Guevara

“El funcionario público, cualquiera sea su nivel, es un simple delegatorio de poder del ciudadano”
                                                                    Proyecto Nacional Simón Bolívar (2.007-2.013)

   El Ministerio del Poder Popular para la Cultura, es el ente público encargado de estimular el desarrollo de la capacidad creadora de quienes se encuentran en el área de la cultura, y de fomentar y garantizar condiciones, instrumentos legales, medios y presupuestos necesarios, dentro de una visión integradora que facilite el desarrollo de una visión de cambio distinta que debe ir más allá de lo superficial y de las concepciones que fueron impuestas a través de un proceso de transculturización que deshumanizó nuestra memoria y que conllevó a la instauración de modelos fosilizados, que sólo ha servido para diseñar procesos que solamente han permitido su fortalecimiento, que no permiten desentrañarlos y crear alternativas en función del momento histórico que estamos viviendo.

            En este sentido, hemos visto con mucho pesimismo como el Ministerio del Poder Popular Para la Cultura se les olvidó que no existe su presencia en las comunidades desde hace muchos años y que todavía no ha creado un vínculo que le permita interactuar con los diferentes imaginarios que interactúan en el mundo de la cultura, en el que se ha lesionando la estabilidad de quienes deambulamos alrededor de sus predios, en vista que se ha caracterizado por tener una conducta muy personaliza que se caracteriza solamente por el desarrollo de las empresas culturales y la industria de boulevard, lo cual ha conllevado a crear una atmósfera negativa que incita al escepticismo e intolerancia que pone en peligro la paz, la salud, la convivencia pacífica que debe existir en el imaginario colectivo que integra la cultura (se nota claramente que existen recursos para sus megas proyectos, pero no para el desarrollo de las comunidades y cuando existe…, se les exigen una cantidad inapropiada de requisitos inter-institucionales que culminan en su no otorgación porque se hace imposible su consecución)…, pero que hasta el momento se ha hecho sentir como una Entidad Cultural aislada y con una marcada omisión, al sentir de quienes nos encontramos en el área, puesto que dicho organismos institucional se ha encargado de cultivar una acción  (que no se puede llamar política cultura) que sólo se toma en cuenta proyecto como el Obelisco que se creó en la Plaza el Venezolano de la Ciudad Capital de Caracas, el Encuentro Internacional de Filosofía, la Feria Internacional del Libro, Encuentro Internacional de la Danzas, Encuentro Internacional de Poesía, Encuentro Internacional de la Salsa o la construcción y ampliación de nuevas galerías museos que no justifican el gasto su inversión (véase el caso de la Galería Nacional y el Museo Crus Diez o el Museo Miquel Otero Silva), lo que quiere decir, que solamente está interesado solamente en el desarrollo de la Industria Cultural, puesto que detrás de este, se ha desarrollado una gran maquinaria que implica la prestación de servicios para la realización de una serie de eventos locales, nacionales e internacionales, es decir que se deja a un lado, el desarrollo de las otras áreas de la cultura (por ejemplo, se han olvidado del fomento y los estímulos a la creación, la investigación y al desarrollo de la actividad artística y cultural) para darle cabida a esta gran maquinaria económica, puesto que ella deja grandes dividendos económicos para quienes usufructúan su personalidad jurídica, como para quienes los contratan.

      En este sentido notamos que el Ministro Pedro Calzadilla no ha logrado cambiar la estructura que dejo el Arquitecto Farruco, por el contrario la ha reafirmado y eso se puede notar porque no ha hecho cambios a profundidad y el programa que actualmente desarrollo es el mismo, el cual se ha venido  caracterizando por:

I.Mantener una conducta excluyente, donde solamente predomina la imposición del ejecútese y en el que no hemos visto preocupación alguna por crear un estilo de participación que incorpore a los diferentes entes que la integran (como la de las poblaciones negras venezolanas) al proceso de toma de decisiones. Actitud que se caracteriza por la arbitrariedad en aras de evitar la reflexión crítica, la acción, la capacidad creativa y eso se puede notar en la forma como remodeló su arquitectura funcional (donde prevalece el criterio de la élite intelectual que siempre han rodeado el área de la cultura en nuestro país, dejándose de lado, al poder popular), en el perfil psicológico de sus autoridades (Véase el caso de UNEARTE, la Decana le niega a los activadores de la Misión Sucre que continúen estudiando en dichos espacios y ha sido tanto las trabas impuestas, que han llegado al extremo de negarle el Título Superior de Artes Plásticas, después de haber cumplido con todas las exigencias académicas, como el de seguir estudiando para alcanzar el nivel de Licenciado en Artes plástica y para ello inventaron un horario nocturno. Esto quiere decir, que dicho Decanato de Artes Plástica se burla de las decisiones tomadas por el Ejecutivo Nacional, en que se deja entrever que cuenta con un apoyo superior que se pone por encima de las decisiones establecidas del Ejecutivo Nacional, en el que se ve al Presidente de la Republica como un pelele, uno más del montón que ellos pueden manejar a su antojo y muestra de ello, es que  el Programa de Formación de Grado de Artes plásticas – Hijo de la Revolución Bolivariana- se encuentra desde hace tres años paralizados y hasta el momento  el Ministerio del Poder Popular para la Educación Universitaria, Misión Sucre y el Ministerio del Poder Popular para la Cultura no han hecho nada por cambiar la actitud asumida por el Decanato que se encuentra establecido en sus predios. Esto quiere decir, que no existe la voluntad de parte de sus gestores que les haga cambiar tal actitud), posturas en lo personal que no permite definir con claridad los límites de esa presencia que no permite concederle al estado un papel decisivo y una presencia efectiva que lo caracterice como factor de apoyo, estímulo y de principal gestor ante las demandas de participación por parte de la ciudadanía que haga posible el seguimiento y desarrollo autónomo de sus expresiones culturales (principalmente de aquellas que desencadenan procesos, acciones y matrices que actúen como punto de partida para desarrollos espontáneos, demostrándose que los cambios efectuados responden a una composición concepción cerrada que se caracteriza por una serie de contenidos que niegan la proporcionalidad y armonía que debe de existir en un espacio creador de paradigmas que se encuentra definido para el desarrollo del proceso sociocultural, negándoles ese derecho de goce, disfrute y participación a las poblaciones que se encuentran en circunstancia de fragilidad definida (principalmente las originarias y aquellas que se caracterizan por poseer una piel negra, a la cual nos ele dirigido políticas), en vista que se está vulnerando una serie de derechos y garantías que les competen, puesto que la atención debe centrarse consesuadamente en resaltar los elementos en común que permitan construir una Políticas Públicas en función de la búsqueda del bien común y no para lesionar nuestros derechos en la forma como lo está haciendo dicho Ministerio, que de forma irresponsable y discriminatoria niega la posibilita de que se estimulen procesos inéditos de innovaciones  que permitan revitalizar y enriquecer la vida social, los cuales se dan a la tarea de desconocer su propios procedimientos (errores), el derecho Contencioso Administrativo. las garantías que se expresa de forma trasparente, idónea, accesible, equitativa, responsable, sin formalismo y reposiciones en la Constitución de la Republica Bolivariana de Venezuela.

II.  Ampararse con una conducta omisiva ante lo que está sucediendo, sin darse cuenta que su desconocimiento implica sanción, puesto que se están vulnerando (además de existir arbitrariedad, desviaciones de poder, usufructo personal y colectivo y errores cometidos en la prestación de los mismos, en el que no se ha entendido que la cultura es un servicio público y un Derecho Humano, un derecho de derecho, legítimo, colectivo y difuso, en vista que no pueden seguir imponiendo la postura que ven a los creadores e innovadores como sujetos incapaces de pensar y discernir sobre el quehacer artístico…, lo cual ha conllevado a que se imponga el imperio de la subestimación, discriminación,  dogmatismo, sectarismo, en el que el irrespeto a la diferencia se transforman  en barreras que nos consideran como personas no capaces de construir nuestro propio destino (Percíbase el caso del Decanato de UNEARTE, con respecto a los Vencedores de la Misión Sucre y no existe poder en Venezuela que les ponga freno), no entendiéndose que el derecho a la libertad de creación ha constituido el  principio rector y fundamental de la cultura y del imaginario que deambula entre los matices que se desprenden del amasijo de pigmentos que le ha dado a nuestro país ese sentido de pertinencia, en vista que se ha convertido en un derecho fundamental del imaginario colectivo que conforman la venezolanidad, la cual deben ser considerados en condiciones de igualdad y proporcionalidad por quienes rigen las Instituciones Culturales en nuestro país (Adviértase que el trato que se le da al Movimiento Sinfónico Nacional e Internacional, no es el mismo que se le da a otras instituciones culturales en condiciones de de igualdad), las cuales no gozan de una atención especial (como lo sostiene el Art. 99 y 100 de la CRBV.) mediante una adecuada política de estímulos consensuada, recurrente y oportuna que garantice su permanencia, producción, conocimiento, uso, goce y disfrute.

III.Observamos que pareciera que al Ministerio del Poder Popular para la Cultura se les olvidó profundizar los Lineamientos Generales que se encuentran enmarcados en el Proyecto Nacional Simón Bolívar (2.007-2011), el cual se orienta hacia la construcción del Socialismo del Siglo XXI. Por ello, se nota que no existe la inquietud en  ahondar las raíces que conllevaran  a la fusión de los valores y principios de los más avanzados de las corrientes humanistas y en resaltar la herencia histórica del pensamiento del libertador Simón Bolívar, porque no están interesados en que se refleje de forma expresa y escrita el nuevo Proyecto Ético Socialista Bolivariano que parte de la constatación de una realidad cuyos rasgos se visualizan en la confrontación entre un viejo sistema que no ha terminador de fenecer (capitalismo) basado en el individualismo egoísta, en la codicia personal y el afán de lucro desmedido y un nuevo sistema (el Socialismo) que está naciendo y cuyos valores éticos promueven la construcción de una nueva ética del hecho público, en donde se exhiba una conducta moral donde el estado y sus Instituciones están llamados a ser el espacio ético por excelencia (Esto representa que el estimulo que han recibido ciertos sectores que no tienen nada que ver con la venezolanidad, responde a una posición discriminatoria, segregacionista, prejuiciosa, clasista, politiquera y violatoria de nuestros derechos que se encuentran garantizados por la Constitución Bolivariana por parte de quienes dirigen esa institución e irrumpe contra la criollisidad).

IV.Por otro lado, quienes integran dicho organismo cultural, no ha comprendido el papel que juega  la cultura como política de Estado, por lo tanto  el enfoque que se le debe dar tiene que responder a la necesidades de una gran cantidad de venezolanos que quieren y necesitan continuar desarrollándose dentro un nivel que los conlleven a construir un futuro mejor y digno. Ello implica poner el hecho cultural (como política pública que debe satisfacer necesidades y crear las base para la mayor suma de felicidad posibles) al servicio de las grandes mayorías para que se apropien hoy del mañana que les pertenece, donde se debe establecer un diálogo autentico, donde a la cultura se vea, como instrumento transformador, fundamental para el desarrollo del Socialismo del Siglo XXI que debe jugar el papel que le corresponde dentro de la sociedad venezolana con el propósito desmontar y superar las formas de dominación que se reproducen en la dinámica capitalista liberal, para luego extenderla y ser permeable a esta práctica liberadora. Pero notamos que no existe una política cultural que se encause bajo estos parámetros, por el contrario se continúa incentivando posturas ideológicas que se encuentran dentro de los predios que acentúa el pos-colonialismo, no ha perdido su vigencia, lo cual se puede notar en el carácter que se le imprime y en la filosofía que se imponen en las diferentes escuelas de artes en el país.

Esto quiere decir, que desde hace una década se viene instaurando con fuerza esta postura, en el que no se ha fortalecido la participación de los entes involucrados en el quehacer cultural, en el que el Ministerio del Poder Popular Para la Cultura no ha contribuido a su desarrollo intelectual, espiritual y técnico, tanto en lo personal, político, cultural, ideológico y tecnológico, enmarcado dentro un proyecto de nación que se ha definido por el Socialismo del Siglo XXI, que plantea la integración regional y caribeña a partir de nuestra propia historia, problemáticas, necesidades, exigencias y sueños, con la intención de cambiar la lógica de la depredación, a la cual sentimos que se le alimenta de manera sublimar, en el que no se le quiere dar  importancia a la cosas  que lo ameritan y que son importante para el enriquecimiento de este proceso, y eso lo podemos notar en la política pública cultural que el Ministerio del Poder Popular Para la Cultura implementa (Nótese que el personal que labora en el Ministerio del poder Popular para la Cultura, como en los espacios de UNEARTE, IARTE, etc.,  se da a la tarea despotricar de manera grosera, pública y notoria en contra del proceso bolivariano y darse a la tarea de imponer calificativos impropios en contra del Presidente de la Republica, lo cual no pareciera interesarles a los que tienen cargos de importancia) y es por ello que se hacen la vista gorda y no se interesan por poner el énfasis en fortalecer nuestra geografía espacial identidataria, si se considera que éstas son los chispazos que deben contribuir a inducir profundas innovaciones que permitan revitalizar y estimular nuestro aprendizaje en función de unos contenidos que correspondan con el segmento de tiempo que estamos viviendo, consustanciados con los valores de una identidad nacional, caribeña y universal.

VI.          Por otro lado, las actividades que desarrolla el Ministerio, no fortalecen el momento histórico que estamos viviendo y no permite que la población conciba la consolidación del nuevo ciudadano que se quiere formar, porque pareciera que quienes están a la cabeza del Ministerio del Poder Popular para la Cultura no están interesados en crear las condiciones que permita ubicar nuestras utopía ante los nuevos retos que forman parte del devenir cultural, porque se nota que pareciera que no se quisiera revisar sus cimientos epistémicos que se encuentra vagando dentro su ámbito, para no incluir otras corrientes (Arte Negro, Caribeño, Árabe-Andaluz, Africano, etc.), lo cual permitiría un mejor tratamiento y manejo de los factores en juego que integran nuestra vida. En vista que el Ministerio se ha encargado de poner un conjunto de trabas que demuestran que no tiene la intención de impulsar procesos creativos e innovadores que conlleven a que su energía se expande en función  fortalecimiento del marco intercultural, la convivencia pacífica y fundamentalmente (…) dentro de un ambiente donde el Ideario Bolivariano y los conceptos de patria se robustezcan.

 Esto representa que hay que ir más allá de lo establecido por dicho Ministerio, porque sentimos que no está claro o bien precisado los paradigmas epistemológicos que deben permitir ubicar la propuestas culturales en base  a la diversidad y las diferencias (por ello Bolivia es un país pluricultural) que hasta el momento tiene carácter de imperium para alcanzar la mayor suma de felicidad posible, donde no se ha logrado superar las concepciones fosilizadas que se han hecho predominante en el discurso y menos, en la práctica que se ejerce, lo cual debe conllevar a que dichos cambios deben  pretender el desarrollo de las capacidades individuales y colectivas, transformándose en una experiencia de aprendizaje enriquecedora, provocadora de la modificación, consciente y autónomamente sobre la práctica, como de las percepciones que actúa sobre nuestro roles y responsabilidades y para ello se hace necesario, contar con lineamientos estratégicos idóneos para enfrentar estos retos que se hacen visibles cuando se ignoran las pequeñas cosas, los anónimos anhelos, y los proyectos mímales para seguir a paso apresurado, sin importarnos que silenciosamente la perdida desvele nuestros sueños, al no darnos cuenta que se encuentra en silencio para recordarnos que está allí, porque para olvidar lo perdido, se hace necesario negarnos a olvidarlo, amarlo en su desaparición, llorarlo en su ausencia, desbordarnos en su irrecuperabilidad y alguna vez el tiempo nos recordará la serenidad de su ida.  

En este sentido recomendamos:

I. Que la propuesta de  cambio debe inducir a la adquisición de valores, destrezas y al desarrollo de sus capacidades en relación con el entorno donde se desarrollan (es lo que se llama el “conocimiento utilizable”, aquel que la persona que lo aprende conociendo su utilidad es capaz de reconstruirlo en su pensamiento cuando sea necesario, pero para reconstruir algo, tiene que haber estado previamente construido), en este sentido, se debe pasar a la construcción de unos lineamientos que parta de un aprendizaje que tenga un sentido crítico, autogestionario y transformador que tome en cuenta la iniciación y la inducción, ya que la primera garantiza el compromiso y aceptación determinada de normas y valores sociales. Mientras la Segunda, conforma el sistema de pensamientos haciéndose imprescindible para nuestro proceso cultural, puesto que hace énfasis en la formación de individuos capaces técnicamente para la construcción de objetos artísticos, como de la defensa de nuestro patrimonio cultural tangible e intangible, y del momento histórico que estamos viviendo.

II. Esto debe permitir que se internalice la importancia que tiene  apropiarse de una actitud epistémico abierta a los procesos de creación del hecho estético, donde se debe superar los problemas que se presentan, admitiendo la necesidad de una revisión permanente de los postulados teóricos y culturales que la fundamentan, partiendo de la discusión, el diálogo, la crítica y la disidencia constructiva en el marco del respeto mutuo, lo cual debe permitir nutrirnos de sus diferentes vertientes, articular con diferentes individualidades, grupos, llevándonos a comprender su importancia, en vista que se va construyendo el aprendizaje a partir de su propia realidad, en una comprensión y caracterización de la misma a partir del que somos en el marco de las culturas que no han influenciado a partir de la libertad de creación, el desarrollo de un lenguaje propio, el despliegue de una cosmogonía y  omnipresencia.

     En este sentido, se hace necesario que el Ministerio del Poder Popular para la Cultura se convierta en un ente creador de unos lineamientos cónsonos identificatorios con el imaginarios que se encuentran en circunstancia de fragilidad manifiesta o en condición de debilidad Jurídica, en vista que se está menoscabando nuestro reconocimiento, goce o ejercicio en condiciones de igualdad que tenemos como venezolanos (Art. 21, Omissis), ya que en el contexto donde nos desenvolvemos, viene sufriendo un conjunto de alteraciones que se convierten en acto significativo que violenta nuestra permanencia, envilece la eficacia de una visión que poco a poco se fue desgranando hasta convertirse en una traba para el fortalecimiento de una plataforma cultural que permitiera sustituir la inspiración por la homogenización, la creación por las actividades individualizadas, la ferocidad de las propuestas temáticas y estéticas por el trueque y un sin fin de oscuros e inútiles desaciertos que nos han venido despojando de su condición transformadora, audaz y subversiva. . 

    Esto deja entrever que no se está asumiendo la política cultural de manera idónea y transparente, responsable, equitativa y expedita, sin dilaciones indebidas o reposiciones inútiles (Art. 26 de CRBV) y mucho menos desde un enfoque innovador, interdisciplinario y transdisciplinario que se adecue dentro de un conjunto de situaciones proactivas que conduzcan a transformar la sabia, mediante la implementación de un conjunto de directrices que solo puede tener una acción cultural trasformadora  que por su importancia permita que se convierta en una experiencia enriquecedora que acabe con los pensamientos fosilizados que no han permitido el fortalecimiento de nuestro patrimonio conceptual y de esta manera avanzar en contra de la exclusión y asimetrías que lo que hacen es robustecer el derroche de indiferencia que se congrega en este tipo de conductas que vertebran la realidad de los otros y éstos son los motivos que hacen que estos fragmentos se conviertan en una luz que se expande y transforma para mejorar las cosas, porque sabemos que por su propia dinámica se transforman en lenguajes que se sienten y caracterizan por su tono sombrío, pero profundamente sensible ante propuestas que se cristalizan dentro de las implicaciones que conforman un apéndice de compromiso que se materializan como objetos reales que cultivan esperanza y que conllevan asumir posturas ante las nuevas circunstancias que les permiten a las capacidades convertirse en dimensiones de grandes transcendencias.






COLECTIVO NEGROS VARGUENSES.
Caracas, Diciembre de Dos Mil Once (2.011).

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