domingo, 3 de junio de 2012

Notículas del español

Tito Balza Santaella
 
Conque se escribe como una sola palabra cuando funciona como conjunción que enuncia una consecuencia natural de lo que acaba de decirse: Ya tengo las entradas, conque entremos; Ya llegó, conque empecemos la reunión. Se reconoce la voz conque porque puede reemplazarse por entonces, por de manera que: Ya tengo las entradas, entonces entremos; ¿Conque ya llegaste?, ¿De manera que ya llegaste?
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Se llama fobia la aversión obsesiva a alguien o a algo, el terror  irracional compulsivo. Estos miedos o temores morbosos son muchos, tantos como complicada es la psicología humana. He aquí diez: Iatrofobia, a robar; ictiofobia, a los peces; insectofobia, a los insectos; lalofobia, a hablar, especialmente en público; lisofobia, a la locura; mecanofobia, a las máquinas, a las maquinarias; megalofobia, a la música; microfobia, a los gérmenes, a las cosas pequeñas; misofobia, a la suciedad y murofobia, a los ratones.
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He aquí diez nombres bíblicos para hombres con sus significados: Abel, el hijo, el efímero; Adán, de tierra, de tierra roja; Daniel, mi juez es Dios; Ezequiel, la fortaleza de Dios; Gabriel, mi protector es Dios; Isaac, el que ríe, quiera Dios sonreír; Jacob, el que coge el talón bajo la planta del pie; Jesús, el salvador; José, Él aumentará, Dios acrecentará, Dios te dará más, y Moisés, sacado de las aguas, el libertador.
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Existen las llamadas discordancias deliberadas. Son muy comunes en el habla coloquial. He aquí dos casos: 1.- Cuando nos dirigimos a un individuo (segunda persona) en primera persona plural, por diversos propósitos expresivos: por confianza o amabilidad, para entrar en su estado de ánimo o por ironía. Así se oye: ¿Cómo estamos?, ¿Para dónde nos dirigimos?, ¿Qué tal vamos?; 2.- Cuando se manifiesta sorpresa o ironía ante un situación: ¡Con que esas tenemos?
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Se ha hecho común en América la palabra membresía para indicar la condición de miembro de una entidad. No debería escribirse con s esta palabra sino con c. La explicación es muy simple y lógica. El sufijo -ía indica condición o función: si la palabra primitiva termina en s, simplemente se le agrega el sufijo: de burgués, burguesía; de feligrés, feligresía; de cortés, cortesía; pero si la voz primitiva termina en vocal se le intercala una c epentética: de abogado, abogacía; de clero, clerecía y, por ende, de miembro, membrecía.
 
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