martes, 18 de noviembre de 2008

MEJORE SU EXPRESIÓN



Por Tito Balza Santaella

Miembro Correspondiente de la Academia Venezolana de la Lengua


El español, este maravilloso instrumento comunicacional formado durante milenios y que es nuestro orgullo y nuestro más alto patrimonio cultural, está amenazado. Como amenazado está cualquier idioma por la penetración e influencias de otros; pero especialmente por el descuido, la ignorancia y la falta de identidad de los hablantes.


En nuestro país, son enemigos, conscientes o inconscientes, los maestros que han dejado de enseñar la materia con la dedicación y el espíritu científico que ella merece; los periodistas que hacen uso descuidado del idioma y los políticos que abusan de una locuacidad sin freno y sin conciencia. Se ha dejado de enseñar la gramática castellana, la sintaxis, la conjugación verbal, la acentuación, los signos de puntuación… y el resultado nefasto ha sido la ignorancia, el desconocimiento de las normas que rigen y dan vida a nuestro precioso idioma.


En medio de tanto deterioro, nos preocupa particularmente en la actualidad el asunto de los equívocos. Entendemos por equívocos aquellos términos que lo mismo significan una cosa, que otra. Los equívocos deben evitarse porque crean confusión y dificultad de comprensión y entendimiento: Se sanciona una ley, se aprueba; y se sanciona a un delincuente, esto es, se castiga; escatológico es el mundo espiritual más allá de la vida, y también lo que tiene que ver con lo sucio, lo excrementicio. Así, del pasado, nos llegan muchos lamentables ejemplos; pero en la actualidad, el desconocimiento semántico amenaza con enredarnos tanto, que pudiéramos llegar a no comprendernos. Toquemos un ejemplo: Experticia es una palabra casi no usada en otros países. En Venezuela significa, recta y exclusivamente, ‘prueba pericial’ y no otra cosa. Es un término de reducido uso jurídico: es el informe que presenta un perito o un equipo de peritos. Pero en el mundo perturbado de la política y en el uso imitativo de la comunicación social, ha pasado a ser un sinónimo absorbente de experiencia, de pericia, de conocimiento, de dominio de un determinado ramo. Así se oye, absurdamente: Es un hombre con mucha experticia, Lo nombraron ministro por su comprobada experticia, La OEA no tiene experticia para analizar los documentos de las computadoras de Reyes, etc.