miércoles, 29 de julio de 2009

Disculpen la molestia: armados contra los pobres






Si la justicia internacional de veras existe, ¿por qué nunca juzga a los poderosos? No van presos los autores de las más feroces carnicerías. ¿Será porque son ellos quienes tienen las llaves de las cárceles?

¿Por qué son intocables las cinco potencias que tienen derecho de veto en Naciones Unidas? ¿Ese derecho tiene origen divino? ¿Velan por la paz los que hacen el negocio de la guerra? ¿Es justo que la paz mundial esté a cargo de las cinco potencias que son las principales productoras de armas? Sin despreciar a los narcotraficantes, ¿no es éste también un caso de “crimen organizado”?

Pero no demandan castigo contra los amos del mundo los clamores de quienes exigen, en todas partes, la pena de muerte. Faltaba más. Los clamores claman contra los asesinos que usan navajas, no contra los que usan misiles.

Y uno se pregunta: ya que esos justicieros están tan locos de ganas de matar, ¿por qué no exigen la pena de muerte contra la injusticia social? ¿Es justo un mundo que cada minuto destina 3 millones de dólares a los gastos militares, mientras cada minuto mueren 15 niños por hambre o Los humanos somos los únicos animales especializados en el exterminio mutuo, y hemos desarrollado una tecnología de la destrucción que está aniquilando, de paso, al planeta y a todos sus habitantes. enfermedad curable? ¿Contra quién se arma, hasta los dientes, la llamada comunidad internacional? ¿Contra la pobreza o contra los pobres?

¿Por qué los fervorosos de la pena capital no exigen la pena de muerte contra los valores de la sociedad de consumo, que cotidianamente atentan contra la seguridad pública? ¿O acaso no invita al crimen el bombardeo de la publicidad que aturde a millones y millones de jóvenes desempleados, o mal pagados, repitiéndoles noche y día que ser es tener, tener un automóvil, tener zapatos de marca, tener, tener, y quien no tiene, no es?

¿Y por qué no se implanta la pena de muerte contra la muerte? El mundo está organizado al servicio de la muerte. ¿O no fabrica muerte la industria militar, que devora la mayor parte de nuestros recursos y buena parte de nuestras energías? Los amos del mundo sólo condenan la violencia cuando la ejercen otros. Y este monopolio de la violencia se traduce en un hecho inexplicable para los extraterrestres, y también insoportable para los terrestres que todavía queremos, contra toda evidencia, sobrevivir: los humanos somos los únicos animales especializados en el exterminio mutuo, y hemos desarrollado una tecnología de la destrucción que está aniquilando, de paso, al planeta y a todos sus habitantes.

Esa tecnología se alimenta del miedo. Es el miedo quien fabrica los enemigos que justifican el derroche militar y policial. Y en tren de implantar la pena de muerte, ¿qué tal si condenamos a muerte al miedo? ¿No sería sano acabar con esta dictadura universal de los asustadores profesionales? Los sembradores de pánicos nos condenan a la soledad, nos prohíben la solidaridad: sálvese quien pueda, aplastaos los unos a los otros, el prójimo es siempre un peligro que acecha, ojo, mucho cuidado, éste te robará, aquél te violará, ese cochecito de bebé esconde una bomba musulmana y si esa mujer te mira, esa vecina de aspecto inocente, es seguro que te contagia la peste porcina.

Eduardo Galeano,
Uruguay


miércoles, 22 de julio de 2009

Poema a la Clase Media

Clase media
medio rica
medio culta
entre lo que cree ser y lo que es
media una distancia medio grande

Desde el medio
mira medio mal
a los negritos
a los ricos
a los sabios
a los locos
a los pobres

Si escucha a un Hitler
medio le gusta
y si habla un Che
medio también

En el medio de la nada
medio duda
como todo le atrae
(a medias)
analiza hasta la mitad
todos los hechos
y (medio confundida)
sale a la calle con media cacerola
entonces medio llega a importar
a los que mandan
(medio en las sombras)
a veces, sólo a veces, se da cuenta
(medio tarde)
de que la usaron de peón
en un ajedrez que no comprende
y que nunca la convierte en Reina

Así, medio rabiosa
se lamenta
(a medias)
de ser el medio del que comen otros
a quienes no alcanza
a entender
ni medio

MARIO BENEDETTI

lunes, 13 de julio de 2009

MEJORE SU EXPRESIÓN


Tito Balza Santaella

Miembro Correspondiente de la Academia Venezolana de la Lengua

XVI.- Para designar al intelectual que imparte conferencias se dice entre nosotros conferencista y poco se oyeconferenciante, que es la voz preferente de la Academia: «Persona que diserta en público sobre algún punto doctrinal» (DRAE, 92). Conferencia proviene del latín conferentia y ésta del verbo conferre, que significa junta, comunión. Está en el castellano desde el siglo XVII, en tanto que el verboconferenciar aparece por primera vez reseñado en el Diccionario Académico en la X edición de 1852. El que conferencia, la persona que hace una disertación pública, como vimos atrás, se designa, naturalmente, por el participio activo conferenciante, adjetivo y también sustantivo común, es decir, invariable en cuanto a género, y es ésta la voz apropiada y justa, con aceptación académica desde el mismo año 1852. Entre nosotros, sin embargo, por influencia de los medios de comunicación y seguramente por factores transculturales, este apropiado término ha sido innecesariamente suplantado por conferencista, neologismo inicialmente usado en Argentina y con rápida extensión a otras comunidades lingüísticas. Aunque admitida como voz inexplícita en el Diccionario Académico desde la XIX edición de 1970, el hablante preocupado por la pureza de su lengua debe tener presente que el sufijo –ista remite a la noción de profesión, dedicación o empleo: dentista, periodista, fisioculturista, urbanista, pianista. Difícilmente en nuestro país alguien tiene como profesión, dedicación o empleo el pronunciar conferencias, por un lado; y, además, desde el estricto sentido de la evolución morfológica del idioma, el sufijo –ista es válido primordialmente para formar derivados de aquellas voces que conformaron vocablos con –ismo. Ejemplos: de pluralismo, pluralista; de comunismo, comunista; de galicismo, galicista; de periodismo, periodismo. No existiendo en el español conferencismo, no debería existirconferencista, especialmente si con idéntico significado ya tenemos conferenciante. Rara vez no sucede así. Por supuesto que hay excepciones: liberalismo no da liberalista, sino liberal, y, viceversa, nuestro acervo lexicográfico registra pianista, pero no a pianismo; a dentista, pero no a dentismo.

Así es nuestra lengua, amplia y múltiple.


miércoles, 8 de julio de 2009

En esta vida

Hola a todos, buenas noches, ¿cómo están? Aquí otro poemita sencillo y corto, pero igual sigo en el mundo de la escritura.


En esta vida, muchas cosas hay que soltarlas, dejarlas, pisarlas y hasta olvidarlas. Sé que el comienzo es difícil, pero el mundo no se acaba, sé que muero en el intento, de nuevo comienzo.

El amor es escencia para nuestras vidas, sin él podemos llegar a ser nadie, la soledad nunca es mala pero puede llegar a dañarte.

La rabia se desarrolló en el transcurso del camino, posiblemente él sea quien defina tu destino, controla los impulsos; éstos pueden llegar a ser dañinos, cuida tus pensamientos, no sabes quién pueda estar contigo.

María Paola Morillo Prieto 17/06/09 10:50pm