Para nuestros asiduos lectores, he aquí un nuevo reporte de nuestro egregio amigo Tito Balza.
Tito Balza Santaella
Miembro Correspondiente de la Academia Venezolana de la Lengua
UNO O UNA
Miembro Correspondiente de la Academia Venezolana de la Lengua
UNO O UNA
XI.- Para nombrarnos de una manera indeterminada, los hombres decimos uno: Uno no sabe cuánto vale algo hasta que lo pierde: Uno no debe preguntar por lo que no le corresponde; pero las damas deben tener cuidado al usar este pronombre indefinido, pues ellas deben unas veces decir uno y en otras circunstancias decir una. Deben decir uno cuando se refieran a acciones que pertenezcan indistintamente al hombre y a la mujer. Una profesora dirá, por ejemplo: A uno las buenas lecturas lo enriquecen, porque las buenas lecturas son enriquecedoras tanto para el hombre como para la mujer; Uno aprende con la edad y las experiencias, porque en efecto así sucede con la mujer como con el hombre. Pero al tratarse de algo exclusivamente femenino, la dama debe decir una, por ejemplo: Cuando una está encinta, no debe hacer ejercicios violentos; A una le gusta que su marido la trate siempre con cortesía y delicadeza.
No observar esta sencilla norma de la lengua, puede conducir a las damas a caer en impropiedades reñidas con el bien decir.
No observar esta sencilla norma de la lengua, puede conducir a las damas a caer en impropiedades reñidas con el bien decir.
BAUTIZO
XII.- Es frecuente la circunstancia de que escritores, instituciones y editoriales inviten a bautizos de libros y que, en los ambientes sociales, igualmente, los habitantes y dueños inviten al bautizo de flamantes casas o quintas. En propiedad, sólo las personas se bautizan. El bautizo, como bien se sabe, es el ‘primero de los sacramentos de la iglesia, con el cual se da el ser de gracia y el carácter de cristianos’, y bautizar, voz que proviene del latín baptizare, es el acto de ‘administrar el sacramento del bautizo’. Un libro se presenta a luz pública y a la consideración de críticos y entendidos. Es ‘éste el verdadero significado del acto. Avisar, dar cuenta de que el libro ha salido, ha sido editado, y exponerlo a la lectura y consideración, a la sanción, aprobación o rechazo de los conocedores. Si se quiere hacer vinculación con el acto bautismal, por el hecho de que se humedezca el libro con champaña o alguna otra bebida (baptizare es ‘zambullir, batear’) o por el simbolismo de que el libro ingresa al mundo, al cuerpo bibliográfico, como el bautizado entra a formar parte del cuerpo de Cristo (1º A los corintios 12:13), o por la presencia de un sacerdote, creo que debe preferirse la expresión bendecir el libro, con el sentido de invocar el favor, la protección divina, la suerte y la prosperidad para la obra, que es trabajo del hombre y aspira a tener aceptación, difusión y hasta éxito comercial. Según este mismo razonamiento una casa se bendice, no se bautiza.
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