Como viento entre mis dedos
No tenerte es como verte sin que estés presente,
Es tanto como hablarte
Y decirte en silencio
El sabor de nuestras existencias
Habidas como besos
Caminando por el aire.
Te sueño entre mis dedos
Para que el viento no te arranque de mí
Y vuelves
¡oh! Precaria, libre y sin seguir pensando el tacto
Con que te aprehenso
Para quitar tu marcha.
Conviértete en mi mugre
Y escóndete en la pulpa de mis fuegos
Quema toda aturdida
Derritiendo mi piel hasta fusionar con tu boca
Y con un beso soplar el viento que te vuela.
Felonía de mediodía
Entre rimas y colores
Me rindo al clamor de tus manos
Péndulo
Marcapaso
Algodón
tiempo.
Porque te sueño y canto
Rindo al mundo los sonidos
Joya
Templo
Fortuna
Paso de cuando en vez
Mirando los resquicios de mi ventana
Colores llenos de ilusiones
Rimas de piña niña
Que sin golpear siquiera el tambor del pecho
Sale melodía
Y tan sólo es el rumor de tus pasos.
Felonía de mediodía:
Ramas y rimas romas, todas,
Son árbol y poema despuntados
Que se afilan
Y cortan tortas
También aire.
Del suelo al cielo
Te asomaste
y vi por la ventana
y sentí en el pecho
una flor de luz palpitar,
entre mi mirada y la tuya
sus pétalos flotaban
cual bajeles bogando en la mar,
Entonces las mareas de tu boca
mojaron el dique de mis manos,
haciendo chocar sus olas
sobre la uña disonante de mil reclamos.
Sí, yo ahogado en tu vientre.
Sí, tú sembrada en mi pecho,
soñando sueños dorados
que a cuenta gotas cuentan los dedos.
Ya entre tú y yo nada es amor
todo es agua y fuego:
tú que me apagas
yo que me enciendo;
así mis rosas marinas nacen
unas de gota
otras de hormiga
hechas con cuero.
De pronto en un sueño dorado escucho:
¡Mi manantial de agua!
¡Mi incendio de fuego!
Y ante el absurdo pregunto:
¿De serrar el maderero de puertas
e instalar celosías de hierro,
Entonces cierran las puertas
al tiempo en que serruchos muchos
sierran sus cuerpos de cieno?
Al despertar vamos caminando
por el río ígneo
que nos lleva a la ciudad de los hielos
pero calculo sesenta años
cuando lleguemos
tú seca
yo apagado
aunque al fin juntos llegaremos
hasta morir unidos
guardando con recelo aquel juramento
de cuando nuestras gotas vayan
del suelo al cielo.
Cuando duermes…
Detengo los ojos
Para fijarme en tus gestos
Cuando duermes.
Y palpita en mí
La sangre y la vida
Paro todo y para nada
Pues el agua de mis manos
en forma de pulsera
me roba el tiempo
porque descubrí
que el durmiente
era yo.
No tenerte es como verte sin que estés presente,
Es tanto como hablarte
Y decirte en silencio
El sabor de nuestras existencias
Habidas como besos
Caminando por el aire.
Te sueño entre mis dedos
Para que el viento no te arranque de mí
Y vuelves
¡oh! Precaria, libre y sin seguir pensando el tacto
Con que te aprehenso
Para quitar tu marcha.
Conviértete en mi mugre
Y escóndete en la pulpa de mis fuegos
Quema toda aturdida
Derritiendo mi piel hasta fusionar con tu boca
Y con un beso soplar el viento que te vuela.
Felonía de mediodía
Entre rimas y colores
Me rindo al clamor de tus manos
Péndulo
Marcapaso
Algodón
tiempo.
Porque te sueño y canto
Rindo al mundo los sonidos
Joya
Templo
Fortuna
Paso de cuando en vez
Mirando los resquicios de mi ventana
Colores llenos de ilusiones
Rimas de piña niña
Que sin golpear siquiera el tambor del pecho
Sale melodía
Y tan sólo es el rumor de tus pasos.
Felonía de mediodía:
Ramas y rimas romas, todas,
Son árbol y poema despuntados
Que se afilan
Y cortan tortas
También aire.
Del suelo al cielo
Te asomaste
y vi por la ventana
y sentí en el pecho
una flor de luz palpitar,
entre mi mirada y la tuya
sus pétalos flotaban
cual bajeles bogando en la mar,
Entonces las mareas de tu boca
mojaron el dique de mis manos,
haciendo chocar sus olas
sobre la uña disonante de mil reclamos.
Sí, yo ahogado en tu vientre.
Sí, tú sembrada en mi pecho,
soñando sueños dorados
que a cuenta gotas cuentan los dedos.
Ya entre tú y yo nada es amor
todo es agua y fuego:
tú que me apagas
yo que me enciendo;
así mis rosas marinas nacen
unas de gota
otras de hormiga
hechas con cuero.
De pronto en un sueño dorado escucho:
¡Mi manantial de agua!
¡Mi incendio de fuego!
Y ante el absurdo pregunto:
¿De serrar el maderero de puertas
e instalar celosías de hierro,
Entonces cierran las puertas
al tiempo en que serruchos muchos
sierran sus cuerpos de cieno?
Al despertar vamos caminando
por el río ígneo
que nos lleva a la ciudad de los hielos
pero calculo sesenta años
cuando lleguemos
tú seca
yo apagado
aunque al fin juntos llegaremos
hasta morir unidos
guardando con recelo aquel juramento
de cuando nuestras gotas vayan
del suelo al cielo.
Cuando duermes…
Detengo los ojos
Para fijarme en tus gestos
Cuando duermes.
Y palpita en mí
La sangre y la vida
Paro todo y para nada
Pues el agua de mis manos
en forma de pulsera
me roba el tiempo
porque descubrí
que el durmiente
era yo.
Sagitario y sanatorio
Sagitario y sanatorio
Son palabras parecidas
Mi padre nació sagitario
Y murió en el sanatorio.
Autobiografía
La vida tiene preciosos momentos
La burbuja explota, el viento la lleva
Una raíz nace
y el tallo
Con la luz sale a su encuentro,
Allí entre manos de oxígeno
Entre suspiros de hidrógeno
Me planté vida adentro
Salió agua
y ,por supuesto, salí yo.
Testamento
Soy pobre
Y no tengo nada,
aunque mis manos están llenas de palabras
entre ellas mi niña dorada.
Oh hija
si al mundo te traje
sin darte
oro o edredones de flores mojadas
sabes que en caballito
te ofrezco sonrisas
besos y pepitos
de esos que tanto gustas
a la saciedad de tus dientes de coneja.
No tienes cuna amaderada
ni lujos importantes en seda
pero ¡qué tesoro!
mi niña
tu sonrisa asomada
mirando infinita
la estepa de juguete
que regada
después de tus paseos por casa
dejaste inerme y callada.
Y el carrito de perro
que celosa cuidas
con chillidos y pellizcos
activas su alarma
último modelo
que te consume
hasta la última gota
de tus ojos alegres
deteniendo gateos
apagando tu tata
hasta acostarte tendida
de brazos abiertos
viajando en las alas
de la muñeca pelona
muerta de rabia
sin derecho a pepito
que dejaste en la sala.
Se cae el cielo a pedazos
Se cae el cielo a pedazos
con fragmentos de aire sumidos
Damos un paso al frente
Para vernos en un espejo risueño
Donde una bebé con insomnio
bisoña Muerde un durazno.
Calva y llana es la vida
Libre como perro de calle
Sufres, gozas, aplaudes
Sin terminar la función
Que a gatas maullas discreta
Sin ver en testuz el sudor
Sinfonía: bocina que suena
Alevosía de pesares juguetones
La muerte peluda y compleja
Esclava como un obrero
Muerde el mismo durazno
Mas como ratones.
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