martes, 18 de enero de 2011

TERQUEDAD

Por Ángel Alberto Morillo


El señor de los helados

Es tan digno como el señor ejecutivo,

Un chichero, un petero, un heladero, un salserín, un buhonero

Son un frente de lucha continuo

Pues hacerle resistencia al Dios Sol no es fácil

Más aún cuando ese Dios

Nació en Maracaibo.



Sin embargo con todo y las diferencias habidas

Entre el paltó y una gorra

Entre la Cuba Gold París y el alcoholado

Entre un Lucky Strike y un tabaco

Entre una Ford explorer y una chirrinchera

No termino de entender la terquedad de Dios

(Si es que existe y no un invento de uno)

Que entre el señor chichero y el señor ejecutivo

-por nombrar un ejemplo-

La diferencia entre sus latidos del corazón,

Su nacimiento y muerte,

El color de su sangre,

Sus miedos y angustias,

Sus alegrías y tristezas,

Sus placeres y disgustos,

Sus esculturas intestinales,

Sus suspiros orgásmicos,

Su suculenta carne

Banquete de gusanos

Esté invisible

Desdibujada

Nos tienta a pensar en su inexistencia

Nos obliga a ser ateos de la igualdad

Aunque a duras penas

Nos obliguemos a creer

Que existe

Pero cuando está

Nos asusta como el coco.

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