martes, 28 de abril de 2015

El problema es contigo



Ángel Alberto Morillo

Estamos a las puertas del abismo, la eclosión de una crisis ambiental sin precedentes está a la vuelta de la esquina. Es un imperativo buscar alternativas para hacer frente a este problema, donde la existencia de la especie humana está en riesgo. Ya lo decía Chomsky (2003) en menos de 200 años, el hombre es la única especie que ha fraguado su propia aniquilación, es el famoso dilema entre la hegemonía o supervivencia a causa de un modelo capitalista que ya no es capaz de dar respuesta, además de ser una maquinaria de desigualdades, su modelo de producción está acabando con la vida misma.

Esto no es excepción en ninguna parte del mundo, mucho menos en Venezuela, donde oficialmente se lucha contra el sistema capitalista, pero las prácticas gubernamentales en materia ambiental quedan solo en los estamentos, en alguna que otra iniciativa sin alcance sustancioso; sus ciudadanos tampoco asumen su rol protagónico de usar racionalmente los recursos naturales; ¿pero es posible sustituir un modelo rentista petrolero encallado en la idiosincrasia del venezolano? Todo apunta a lo contrario, y no es una realidad producto del mal manejo de los recursos petroleros en hogaño y antaño, sino a una mala praxis política y ciudadana heredada por décadas, dónde la explotación de energías fósiles, en especial, el petróleo, se convirtió en el centro de la economía.

Históricamente Maracaibo, bastión petrolero, es hija de la indiferencia de los gobiernos de turno y de su gente. De tener el estuario más grande de Latinoamérica, hoy por hoy, gracias a la explotación indiscriminada del petróleo, tiene un estuario hipercontaminado, perdiendo con ello el potencial de aguas dulces, espacios para el turismo y la diversidad ecológica, sencillamente, en este caso, imperó la razón instrumental del progreso, la sed incasable de generar riquezas para unos pocos a costa de la naturaleza.

No conforme con esto, los efectos de la sequía con data desde 2010, han generado fallas en el sistema eléctrico en todo el país; por tanto, el consumo de energía eléctrica en esta ciudad es ingente, de allí que las autoridades regionales y nacionales necesiten buscar formas de generar energía.

Es en este punto, donde quiero hacer énfasis. Desde el segundo periodo de Chávez, el proyecto de explotación carbonífera ha sido una opción rentable para pequeños grupos económicos con la excusa de buscar fuentes de energía alterna. Sin embargo, en su momento, grupos ecologistas hicieron frente a estas pretensiones haciendo abdicar al mismo Chávez de la explotación del carbón.

Los grupos ecologistas denuncian que con la explotación del carbón, principalmente en los ríos Socuy y Guasare, dejarían sin agua a importantes municipios del estado Zulia, entre ellos Maracaibo. Al respecto, Lusbi Portillo, profesor de la Universidad del Zulia y activista ecológico, presidente de la asociación Homo et natura, agrega el impacto en los suelos, basado en un informe del Ministerio de Ambiente: “Para extraer una tonelada de carbón se requiere sacar 5 toneladas de suelo, para extraer 36 millones de toneladas de carbón cuantos cientos de millones toneladas de suelo se destruirán, siendo la desertificación de los suelos y la contaminación de las aguas uno de los problemas mayores que hoy tiene la humanidad”.

A pesar de todas  estas advertencias, el presidente Nicolás Maduro, publicó en  Gaceta Oficial 40.599, con fecha del 10 de abril de 2015, el Decreto 1.606 que permite explotar 5 lotes de carbón que van desde Monte de Oca, Sierra de la Majayura al Norte lindero natural con Colombia, hasta la margen norte del río Socuy. Esto atenta sin duda contra el equilibrio ecológico, contra las poblaciones indígenas y, por supuesto, acabar con el agua dulce que surte a Maracaibo.

Más allá de la denuncia, surgen muchas interrogantes: ¿Por qué no aprovechar la energía solar o la eólica muy rica en esta zona para buscar alternativas de energía limpia?  ¿Qué pasó con el parque eólico de la Guajira venezolana?¿Qué pasa con los ciudadanos por qué todo lo dejan en manos del Gobierno? Para hallar respuestas, sencillamente debemos circunscribirnos a la construcción de una verdadera revolución de conciencia como invitaba el expresidente francés J. Chirac ante el informe del Comité Intergubernamental sobre el Cambio Climático.

Otro aspecto a resaltar es la falta de voluntad política de emprender un modelo de verdadero de desarrollo sostenible, si bien en la constitución de 1999, se tiene como ideal, no ha habido una verdadera asimilación de este concepto, seguimos como nunca dependiendo de fuentes de energía sucia, seguimos dependiendo de las importaciones, del rentismo parasitario, de la especulación, del petróleo.

La conciencia ecológica tan solo es un bonito designio, la línea de pensamiento ecocéntrica es mera entelequia, incluso, desconocida en el país; desgraciadamente seguimos sumidos en el pensamiento egocéntrico, la razón moderna instrumental, el mito civilizatorio es una constante en nosotros, de allí que Estigarribia (2011) muy bien apunta que el ecoterrorismo practicado por los modelos económicos globalizados consumistas de la modernidad, sobre-explotando los recursos naturales del Mundo infrahumano en nombre del “progreso”, está llevando a la Humanidad a una suerte de suicidio colectivo de nuestra especie.

La realidad se evidencia en las calles, el simple hecho de lanzar desmesuradamente basura a la calle, el lavar los pisos del garaje con agua en vez de barrerlos, el derroche, el consumo desenfrenado, de una sociedad como la venezolana, en especial, la de Maracaibo, hace que se vuelva indiferente ante un problema como la explotación del carbón, con su consecuencias como la falta de agua. Esto me trae a colación un pasaje que hace tiempo escribí con toda la ironía del caso: ¿Dónde están los gobiernos, dónde están sus ciudadanos? Dejémonos de inventos y metámonos  a ecologistas, es una locura a todo dar, andaremos con las ollas boca abajo y los bolsillos vacíos, pero ¿acaso no pasará lo mismo si acabamos con el planeta? (Morillo, 2012:48).

Finalmente este no es un problema exclusivo del gobierno y grupos ecologistas, es un problema de todos, es una responsabilidad compartida, no se trata solo de denunciar, hay que también anunciar y actuar a través de una educación ecocéntrica verdadera, más allá de las muecas de reducir- reutilizar- reciclar, necesario es asumir una actitud protagónica, participativa, de esperanza y constancia. Está en juego la vida, sin vida no hay nada, por lo menos mientras haya vida hay esperanza y esa es la única que nos queda.

Consultas bibliográficas
Documento Celadic (2012): LA DIMENSIÓN MEDIOAMBIENTAL DEL DESARROLLO. Capítulo 9.
Chomsky, Noam (2003): HEGEMONÍA O SUPERVIVENCIA. Meropolitan Books. Estados Unidos.
Morillo, Ángel (2012). CONFESIONES DE UN HOMBRE VIRGEN. Editorial El perro y la rana. Venezuela.
Portillo, Lusbi (2014). SI SE ABREN MÁS MINAS DE CARBÓN, MARACAIBO Y OTRAS CIUDADES DEL ZULIA QUEDARÁN SIN AGUA. Venezuela. Disponible en: http://www.aporrea.org/actualidad/a180128.html (Consulta: 2015, abril 17)

1 comentario:

Pablo Liendo dijo...

Amigo Ángel,

Siempre es reconfortante saber que alguien más clama en el mismo desierto nuestro mismo clamor; en este caso creando conciencia acerca del terible impacto que la humanidad está ejerciendo sobre la biósfera.

Somos de todo menos "Un animal racional".