viernes, 16 de diciembre de 2011

El bebé de Tiva

Por Ángel Alberto Morillo
El bebé de Tiva ya no gatea
por lo menos soltó ya las primeras palabras
de hecho
y de derecho
ya hizo una hija
(que no pone acentos)
producto del amor y las hormonas rendidas.


El bebé de Tiva
Lee poemas
Aún no los escribe
¿Qué iba a creer Tiva
En los poemas?
-Sencillo-
Con su vientre
-ella-
Aunque no me lo creas
Escribió la vida
-mi vida-

Es que el bebé de Tiva
Aún es el  bebé
-llora-
Por ella
Es que se fue un momentito a la eternidad
-Tiva-
Allá lo espera
Y para los bebés
Cualquier momento es infinito
Más aún cuando es el bebé de Tivita.

Paciencia bebé
Paciencia
Tan solo hoy es un minuto.
Pobre bebé ni pensaba nacer
Gracias a Tiva
-Tivita-
Pudo pensar.
¿Cuántas misas de aguinaldo faltarán
Para llegar a la eternidad?
Tan solo hoy es un minuto
El bebé de Tivita
Ya está dormido
Lo importante
Es que ya no gatea
Le toca enseñar
A la bebé
-su hija-
Dónde van los acentos
Para que la vida suene bien
Que casi vuele como la esdrújula
Tan segura de que tendrá siempre una tilde.


miércoles, 14 de diciembre de 2011

Anunciación


Alégrense llenas de gracia,
el señor esta siempre con ustedes,
mujeres luchadoras de nuestra patria,
llevan en su vientre y paren a los hijos e hijas de Dios,
que luchan día a día por el presente de su familia.
Alégrense llenas de gracia,
Mujeres trabajadoras y soñadoras de futuro,
sus hijos se llamaran Jesús, Pedro, Manuel Carlos, María, Ana,
serán algún día los vencedores y vencedoras de este sistema injusto,
combatirán  la pobreza y la exclusión.
Alégrense llenas de gracia,
mujeres que paren a diario libertadores,
construyen en nuestro suelo un Mundo Nuevo,
tierra que fluye Justicia e igualdad,
Nueva Sociedad para la Nueva Humanidad.
Alégrense llenas de gracia,
María la que plancha ropa ajena,
Carmen que cocina para el patrón,
dejando en sus casas a sus niños y niñas hambrientos,
sin seguridad, ropa, ni calzado.
Alégrense llenas de gracia,
el señor esta siempre con ustedes,
en nuestros barrios y en las emergencias de los hospitales,
en las cárceles y hasta en el cementerio,
el Señor Siempre está con nosotros y nosotras:
¡Emanuel!

Obed Juan Vizcaíno Nájera.
Maracaibo- Venezuela.
Maracaibo; 14 de Diciembre 2011.

martes, 13 de diciembre de 2011

La lucha teórica


Por Juan Manuel Sivira
La lucha Teórica constituye el mecanismo más expedito, el medio del que debe valerse todo revolucionario para desenmascarar a cuanto oportunista, reformista y revisionista de oficio pretenda infiltrarse en el seno del pueblo (trabajadores, y demás explotados) para embotar su conciencia y desviarlo del curso revolucionario. Consecuentemente, a través de ella es como podremos posesionar una Teoría auténticamente revolucionaria en dicho seno.  De ella debemos valernos entonces…
Si los trabajadores y demás explotados no se hacen de una Teoría auténticamente revolucionaria, de una cultura eficaz y revolucionaria; si, no son educados política e ideológicamente –por los intelectuales revolucionarios–, para que adquieran experiencia y habilidad profesional; para que ensanchen su horizonte y conocimientos; para que logren convertirse en revolucionarios profesionales, jamás podrán enfrentar con éxito a su enemigo histórico de clase (la burguesía), curtido en el arte de manipular y crear espejismos: de engañar –para lo cual tiene a la orden del día todo un arsenal mediático, incluidos sus chupa tinta pagados: intelectuales al servicio de la reacción–; bajo esa perspectiva, el combate estaría perdido a priori. Por tanto es menester “imponer”,  mediante el debate, una Teoría auténticamente revolucionaria en el seno de los trabajadores y demás explotados. Y, ¿de dónde deviene tan perentoria necesidad? Del hecho cierto de que:SIN TEORÍA REVOLUCIONARIA TAMPOCO PUEDE HABER MOVIMIENTO REVOLUCIONARIO. Sí, sin una Teoría auténticamente revolucionaria los trabajadores y demás explotados se ven obligados a transitar a tientas el pedregoso camino de la revolución; y todo Movimiento suyo se tornaría inseguro, frágil. Para que dichos trabajadores y sus aliados puedan emprender y coronar la revolución Socialista deben Moverse revolucionariamente. Pues, no todo Movimiento es revolucionario; sólo lo es el que está impregnado de una Teoría y de una Ética profundamente revolucionarias: tanto el Movimiento Político (entendido como partido revolucionario) como el Movimiento de los Políticos (incluidos los jefes políticos, los intelectuales revolucionarios, los obreros…) deben impregnarse de ambas. Si es que están dispuestos a asumir el Socialismo de hecho y no de palabra.
La Lucha Teórica no constituye nada nuevo: data de tiempos otrora; ha sido una constante en nuestro devenir histórico; y tiene que ser así –dialécticamente-, más aun, cuando de la construcción Socialista: el establecimiento de la Dictadura del Proletariado, se trata. Antes tocó el turno a los padres del Socialismo científico, Marx y Engels; tocó a ellos entablar una ardua Lucha contra cuanto bicho raro, trajeado de revolucionario, intentara, valiéndose de un discurso “Socialista”, sembrar confusión en el seno de los trabajadores para embotar sus conciencias y desviarlos del curso revolucionario, de la Lucha revolucionaria; y lanzarlos al Reformismo, confirmación de las Relaciones de Poder capitalistas. Luego fue Lenin, el discípulo más connotado de aquéllos, quien hubo de salirle al paso a tanto detritus ideológico portado y vertido por los “nuevos” agentes de la contrarrevolución. Sabía Lenin que los verdaderos enemigos del Socialismo son aquellos que haciéndose pasar por Socialistas, encubriéndose con una fraseología “Socialista”, no hacen sino verter sus vómitos reformistas entre las masas trabajadoras para confundirlas: alejarlas cada vez más del Socialismo. Vale decir que estos señores, difusores de “ardientes” discursos “Socialistas”, no hacen sino de agentes de la burguesía en el seno del pueblo…
Baste recordar las innumerables batallas libradas por estos colosos de la historia y de la humanidad, tendientes a combatir el veneno ideológico, el oportunismo; el reformismo, etc., vertido imperceptiblemente por los mencionados agentes en el seno de las masas trabajadoras, a través de su muy variada literatura “revolucionaria”; a través de sus “magistrales” discursos y “ardientes” llamados “revolucionarios” dizque para incorporarlas a la Lucha por el “Socialismo”. Así surgió: La Crítica del Programa de Gotha, Miseria de la Filosofía, El Anti-Dühring, La Ideología Alemana; ¿Qué hacer?, Contribución a la Dictadura del Proletariado, entre otras.
Según los mencionados agentes (contrarrevolucionarios), sus llamamientos no tenían otra finalidad que incorporar a las masas explotadas a la construcción “Socialista”. Pero, ¿qué había en realidad detrás de esos “ardientes” llamados? ¿Por qué hablaban de Socialismo rebajando su contenido científico y programático; sus principios revolucionarios: encandilando a las masas explotadas, para apartarlas de la Lucha revolucionaria?...
De allí que la Lucha Teórica fue y sigue siendo el arma principal que tiene todo revolucionario para desenmascarar a los promotores del Socialismo sin Socialismo, del seudo Socialismo; del Socialismo utópico: Socialismo para pendejos. Es por intermedio del debate, de la Lucha Teórica, como podremos detectar a esos reformistas, revisionistas y oportunistas de oficio; sólo por esa vía podremos apartarlos de los trabajadores, y evitar que sigan ejerciendo la terrible influencia que hasta ahora ejercen sobre ellos, en el mundo entero.
Una y otra vez surge la necesidad de conformar una Vanguardia auténticamente revolucionaria, que guíe a los trabajadores en su Lucha. Ahora, el partido que pretenda erigirse como tal deberá estar pertrechado de una Teoría verdaderamente revolucionaria; de una sociología científica y revolucionaria, como la legada por los padres del Socialismo, de lo contrario jamás estará en capacidad de guiar a las masas explotadas hacia su definitiva redención, tanto material como espiritual… No es posible que las masas explotadas conquisten el Socialismo sin ser educadas bajo una perspectiva revolucionaria; sin hacerse de una Teórica científica y revolucionaria. Sólo una Teoría de tal naturaleza podría permitirles elevar sus conciencias cotidianas al plano de conciencia Ético/Socialista; condición sin la cual jamás podrían, repito, arribar al Socialismo. Ahora, ¿quién está llamado, entonces, a proveerles esa Teoría: educarlas bajo esa perspectiva revolucionaria; pertrecharlas de una Teoría auténticamente revolucionaria; en el entendido que sólo una Teoría de tal calibre podría conllevarlas a asumir “prácticas” revolucionarias; a “Moverse” de manera revolucionaria; por aquello de que: SIN TEORÍA REVOLUCIONARIA TAMPOCO PUEDE  HABER MOVIMIENTO REVOLUCIONARIO? Evidentemente que una Vanguardia auténticamente revolucionaria; una Vanguardia que se funda entre ellas para educarlas revolucionariamente: alentarlas para el combate, elevando sus conciencias cotidianas al plano de conciencia revolucionaria.
La fraseología: SIN TEORÍA REVOLUCIONARIA TAMPOCO PUEDE HABER MOVIMIENTO REVOLUCIONARIO constituye para nosotros, los comunistas, un axioma; no así para los izquierdistas de “nuevo” cuño: reformistas, revisionistas y oportunistas de toda laya. Estos especímenes aunque la invoquen frecuentemente, jamás la asumen con rigor científico y auténticamente revolucionario; para ellos constituye sólo una visa para traficar con el engaño; es el camuflaje del que se valen para encubrir sus precariedades y desviaciones ideológicas: su mala conciencia Ética.
Nuestro Lenin hubo de recurrir a dicha fraseología reiteradamente, pero ¿por qué; y en que momento histórico? En el momento en que los agentes de que hablamos antes sembraban confusión en el seno de los trabajadores y demás explotados. A los que lanzaban frecuentemente a militar en las filas del culto a la espontaneidad y el economismo; consideraban estos especímenes que dichos trabajadores debían “organizarse” espontáneamente, al margen de intelectuales revolucionarios y de las organizaciones revolucionarias. Para luchar por sus reivindicaciones económicas. Por tanto no requerían ni de organizaciones revolucionarias ni de educación política alguna; siendo así, los intelectuales revolucionarios estaban sobrando; consecuentemente, no debía establecerse vínculo alguno entre éstos y aquéllos: espontaneismo puro y consumado! ¿Cómo podrían los trabajadores ensanchar su espectro político; como podrían adquirir destreza para la Lucha revolucionaria; como podrían convertirse en revolucionarios profesionales: en cuadros políticos revolucionarios? ¿Cómo podrían éstos advertir el antagonismo existente entre sus intereses y el sistema económico y social imperante: el capitalismo? Sabido es que la lucha económica a lo sumo conlleva a las masas trabajadoras a advertir el antagonismo existente entre ellas y sus patronos (públicos y privados). Sólo la Lucha política liberadora podría conllevarlas a advertir tal fenómeno; y para ello requieren de una muy sustanciada educación política y revolucionaria que les permita hacerse de una conciencia profundamente revolucionaria. Y son los intelectuales revolucionarios, pertenecientes a las organizaciones revolucionarias, los que tienen la obligación Ética y revolucionaria de proveérselas. De allí a la conquista del Socialismo: el establecimiento de la Dictadura del Proletariado, sólo queda un paso…
Fueron esas las razones que conllevaron al genial líder de la revolución bolchevique: Lenin, a enfrentar resueltamente tales tendencias, por considerarlas nocivas para el crecimiento y desarrollo de la conciencia revolucionaria de las masas trabajadoras; y por erigirse en traba para la revolución misma; para el Socialismo científico: la Dictadura del Proletariado.
Cuando decimos que SIN TEORÍA REVOLUCIONARIA TAMPOCO PUEDE HABER MOVIMIENTO REVOLUCIONARIO no queremos sino decir que si no somos capaces de posesionar en el seno de las huestes revolucionarias una Teoría auténticamente revolucionaria jamás podríamos arribar al Socialismo.
Los devotos del culto a la espontaneidad; los auspiciadotes del economismo –entre ellos los voceros del pretendido Socialismo “del” siglo XXI– niegan o menoscaban la Lucha Teórica; estos señores no hacen sino arroparse con el manto de las harto repetidas consignas: “Inventamos o Erramos”,  “Ni Calco ni Copia”…, sólo que de manera mecánica y sustrayéndolas de su contexto histórico/social. Postura ésta que desemboca en el más rancio oportunismo; y contraviene abiertamente los principios programático-teóricos que fundamentan al Socialismo Científico, al Materialismo Dialéctico y al Comunismo (legado de Marx, Engels y Lenin).
En resumidas cuentas; y como diría Lenin: …“El Socialismo desde que se hizo ciencia exige que se le trate como tal…”
Prohibido seguir postergando el debate político-ideológico, la Lucha Teórica!
¡Hasta la Victoria Socialista!
Prof. Juan Manuel Sivira

domingo, 11 de diciembre de 2011

Notículas del español

Hay una lista, bastante importante, de verbos que tienen dos participios pasivos: el regular, formado desde el español, y el irregular, más directamente tomado del latín. Iniciados con la letra C, los más importantes son:  circuncidar, circuncidado y circunciso; cocer, cocido y cocho; compeler, compelido y compulso; comprimir, comprimido y compreso; concluir, concluido y concluso; confesar, confesado y confeso; confundir, confundido y confuso; consumir, consumido y consunto; convencer, convencido y convicto; convertir, convertido y converso; corregir, corregido y correcto; corromper, corrompido y corrupto. Lo propio es que se utilice el regular como verbo y el irregular como adjetivo. Ej.: Ojalá hubiera circuncidado al niño; Es un judío circunciso.
.o0o.
         El adjetivo santo se apocopa antes de nombres propios masculinos. Así se dice: San Esteban, San Antonio, San Ramón, con tres excepciones: Santo Tomás (Tomé), Santo Domingo y Santo Toribio. No se reduce antes de nombres comunes: Un santo mensaje, El santo varón, El santo padre, El santo obispo.
.o0o.
         Se oye con frecuencia hablar de las Siete Maravillas del Mundo Antiguo, pero pocos son capaces de recordarlas. Ellas son: 1) Las Pirámides de Egipto, que servían como tumbas de los monarcas, y se conservan las tres grandes de Gizeh, llamadas por Herodoto: Kheops, Kefrén y Micerino; 2) Los Jardines Colgantes de Babilonia, erigidos por Nabucodonosor para complacer a su esposa; 3) El Mausoleo de Halicarnaso, sepulcro en memoria de  Mausolo, Rey de Caria, construido por su esposa Artemisa; 4) El Templo de Diana en Efeso, cuya construcción duró más de 220 años; 5) El Coloso de Rodas, estatua gigantesca de bronce, construida por Cares, discípulo de Lisipo, en el puerto de la isla, tras doce años de duro trabajo; 6) La Estatua de Júpiter en la ciudad de Olimpia, esculpida por el escultor Fidias, en el siglo V antes de Cristo; y 7) El
Faro de Alejandría, construido, totalmente en mármol blanco, por Sostrato, a la entrada del puerto de la ciudad, en el siglo III antes de Cristo.
.o0o.
Se oyen con frecuencia entre políticos y comunicadores sociales expresiones como Veintiún casas, Treinta y un mujeres. No es así. Uno es el único dígito que tiene la doble terminación para masculino y femenino. Debe, por lo tanto, decirse Veintiuna casas, Treinta y una mujeres.
 
titobalzas@yahoo.es     http://twitter.com/ tbalzasantaella

viernes, 9 de diciembre de 2011

La bomba de la indignación

 Por José Miguel Vivas.

(Basada en la protesta de los estudiantes iraníes en la embajada inglesa en Teherán, por las sanciones impuestas a Irán por su programa nuclear)

- ¡No somos enemigos, somos humanos! -

Grita el estudiante iraní, Majid Al Yasir mientras bate de un lado hacia el otro la bandera de su país. Frente a él, la gran muralla de ladrillos que guarnecen la embajada del Reino Unido en Teherán. Su cara es la representación del sentimiento que invadía al gran mar de estudiantes universitarios presentes: Indignación.

Los policías, ponen su dosis de violencia para calmar el alboroto, pero el método resulta ser tan volátil como encender un cigarrillo en una cámara de gas.  La algarabía va in crescendo. Amir Husein, otro estudiante iraní, lanza con furia una piedra al aire. Todos observan detenidamente, como si el tiempo en ese momento hubiese pasado con  calma. La piedra cae e impacta contra el vídrio de una oficina de la embajada. Con el sonido, el tiempo decide seguir su transcurrir normal y se oye un grito en persa: "¡Viva Irán. Muerte a Inglaterra!".

La bandera Inglesa que se izaba en el mástil del recinto fue consumida por la ira de los iraníes, transformada en fuego. Luego de ese acto iconoclasta, los insurrectos deciden hacer sucesivos los lanzamientos de piedras. Majid Al Yasir cree entonces justo colgar la bandera de Irán en el portón principal de la embajada, a modo de firma de los hechos.
Yo justo atrás,  un poco lejos del peligro y donde la mesura se mantiene estable  escucho:
- Por creernos peligros nucleares, terminaron detonando esta verdadera bomba - .

Velorio malandro


Llagamos azorados, aún con la sensación de espanto, cubiertos en risas, bromas y obscenidades. La esquina de El Chepu calentada bajo 40 grados centígrados se abría en el infinito y nos llevaba por inercia hacia donde estaba un grupo, apostado desde muy temprano esperando el café y una que otra noticia exagerada en hechos y palabras.

Fui deslizándome de nuevo entre un mar de gentes ordinarias, de aspectos más vulgares aún que los de la escuela, con lenguajes pestilentes propios de la basura y el abono, podridas, duras en tono, ricas y profundas en significados.

“No mi pana, a ese becerro lo mataron por sapo, nojoda, vaya saber la gente porque los tombos de mierdas estos aparecen en sus perreras, disfrazao con senda percha, uno cae espabilao, pana, por eso no vi güiro ni canté zona al chamín. Diantre, dos pepazos en el hocico pa que lo enviaran a comé gusano. Pero no importa, aquí nadie va pagá cana”.

Me confundía, por curiosear quise preguntarle a El Chompa si sabía qué pasó con El Chepu. Aún nada, viejo, alcanzó a decirme, como si de sus ojos vacíos saliera un sinfín de pensamientos y con ello atrapar con fruición de discípulo, de quien come con la vista para degustar las imágenes y almacenarlas en el alma,  los detalles más insignificantes del ritual malandresco.

No había duda, El Chepu era uno de los duros, de los más duros: disparos, champetas, llantos, un me la pagarán malditos, repiques de celulares con Daddy Yankee, unas niñas con minifaldas mostrando sus partes tal como Dios las diseñó, café por doquier, ollas de peto, olores de fantasía, exaltantes de euforia, pistola al fundo, una miradita a la urna, que la compramos en cooperación, con esfuerzo, así dicen… “No mi pana, esos choferes del micro 9 son arrechos, armados con tremendas cabillas, mas yo le dije que colaborara, tú sabes, una hija, una mujer, lo iban a pagar”.

El Guajiro, El Caracas, Cara e Caucho, Cachete, Pelo e Guama, Cara e queso, Diente pintao, Miracielo, tío Tigre, Cristobita, Cocoyo, Randy, Jinete e Perro, El Pegao, Ballestero, Colla, Rambo, El Chuqui, El Indio, El Cóndor, Arturito, El Pare, Pastrana, Aidi, Orejita, Bolivita, Fernandito, Cristian, Boliqueso, Mister Capazzu y hasta unos policías regionales vinieron al velorio de El Chepu, unos para ver cómo quedó la zona y poder ellos controlarla, otros para gritar a todo pulmón que tomarían venganza de esta cruel y espantosa muerte, todos, por supuesto, asustados se apersonaron a saber por qué mataron al más bueno de los malandros y el más malo de los ciudadanos, era una criatura, una muerte prematura ante una vida prometedora, una irreparable pérdida al mundo hamponil,  porque no había duda que a partir de allí, se desataría una gran matanza, en busca de los responsables, del accionante del arma casera, con chopos, unos viles y magros juguetes de fuego, dispuestos a ladrar con el impulso de un dedo, que se quema con el impacto.

Todos los presentes eran sospechosos, hipócritas fariseos, raza de víboras, venir a sus funerales no más para ver su rostro, esculcar sus facciones y tratar de sacar provecho a sus ademanes hoy congelados, como una forma indirecta de robar los talentos propios de un maestro como El Chepu o Diente Roto.

¿Diente roto? Sí, así lo llamaban, por eso que tú mismo causaste, te acuerdas, con la segunda base, me dijiste que eso lo repararía el cubano, pero fuiste incapaz de anotar la carrera, por miedoso, por mamita, te paraste a verle la boca a El Chepu, cuando la aspereza de la madre, más bien la aspereza de su mano, rompió de un arañazo tu cachete derecho, eso no lo contaste nunca, ni pensabas hacerlo. Diente Roto quedó, él te lo gratificó en su momento y con una sonrisita de esas de marisquito que tú tienes le agradeciste, luego te clavó un coñazo que estoy seguro que viste a tu madre en pantaletas. Lo que más te sorprendió fue la fama que conociste hoy, que ni tú y yo, mejor dicho, conocíamos, nos hacíamos miles de preguntas, coño, ¿será posible saber cómo lo mataron? ¿Cómo era tan conocido? ¿Era un malandro?

Yo insensible a la vida, fanático empedernido de Counter Strike, amante del reggaetón,  no supe responder a todas estas incógnitas y misterios que se encerraba en torno a El Chepu, de hecho, nunca nos detuvimos a recordar su nombre, sus deseos, sus pensamientos. Qué frialdad, qué poca cortesía, qué amistad,  yo miraba al resto de mis amigos quienes hipnotizados no dejaban de ver la urna, miraban y miraban, atontados, como en un espejo. Si todos jugábamos pelotica de goma a diario, vivíamos en la misma cuadra, escuchábamos la misma música, vestíamos con la misma marca, estudiábamos en la misma escuela, teníamos las mismas notas, los mismos regaños, el mismo equipo, la misma rutina, el mismo sol achicharrador, urente, asesino, sádico, muy cerca y tan lejos que estábamos, El Chepu, un malandro, el más grande, pero cómo, cuándo, dónde, quiénes.

Nosotros, perro sarnoso, nosotros fuimos quienes salimos de primaria, directo a robar las farmacias y panaderías, dispuestos a robar a nuestras madres, sabías; tú no eras nadie, la mafia éramos nosotros, quienes mandamos, somos la ley, los cartelúos, los altos panas. Así que mi chino, bájate de esas nubes, y pide una cola al cielo a ver si te entretienes, no ves que de tanto pensar te vuelves loco, así me decía mi padre, quien borracho a las diez de la noche, todos los días nos pegaba con las latas del rancho, el muy cínico era incapaz de darnos con la correa, después Dios hizo justicia, se ahorcó con la correa, mientras unos gusanos le comían el mismo falo con que nos engendró, por ahí dicen que fue una sífilis mal curada, pero de verdad es que yo hice fiesta el día que ese maldito murió. Eso sí, más allá de la tumba nos seguía, en forma de hambre, que era más dura que cualquiera de las latas del techo de mi rancho. Mi mamá montó un burdel y vendimos por la noche pinchos para ofrecer la droga, bien bueno el negocio, aunque burda de podrido, eso sí, unas ratas somos, nacemos pichones, y al tiempo los dientes nos crecen y rompemos todo, vaya ratas que somos, o es que acaso conocemos todo y lo sabemos todo, en cambio la rata sin saber nada se vuelve plaga aquí en Los Güequitos y en todas partes.

Miré a mi lado para sorprenderme de las piruetas y acrobacias de los danzantes quienes en torno a la urna escupían cerveza y gritaban viva El Chepu. El sitio donde estábamos, la famosa esquina de El Chepu, era una zona impenetrable, llena de ranchos y pasadizos por donde Los Mendoza, una banda organizada, vendía los pinchos haciendo creer a la gente que sanamente trabajaban para ganarse el pan.

El papá de El Chepu era flaco y estirado, desnalgado, feo de cara y sin dientes, usaba siempre franelillas blancas con pantalones azules. Según dicen, hace mucho que salió del ejército, otros que de la cárcel, lo cierto es que en su brazo derecho tiene tatuada una mujer desnuda, que le recuerda a una esposa muy amada que murió de una leucemia, o una sobredosis.

Ese día el padre de El Chepu se le veía más triste y desolado, la cara le dibujaba expresiones de desprecio y asco por la vida, El Chepu era el último hijo que le quedaba, de cinco que tenía, uno murió vendiendo bonice, en un cruce de tiros donde la policía perseguía a unos cobravacunas, la versión de prensa afirma que el muchacho se enfrentó con los funcionarios. Un segundo murió en una playa mientras se fue de fiesta con unos amigos, versiones extraoficiales aseveran que lo encontraron violando a una joven de 13 años en la playa. El tercero y el cuarto, murieron en un accidente de tránsito, aunque la versión de los fiscales  coincide con lo del aparatoso accidente, aclararon que el auto no les pertenecía.

El último murió también, en una panadería, en extrañas circunstancias, las investigaciones adelantan que fue ajustes de cuentas, no por un helado de chocolate como gritó la señora Francia y que las malas lenguas se encargaron en perfeccionar y crear versiones literarias.

-          Mi muchacho sí era bueno, éste sí era bueno, él estudiaba en el liceo, hasta tenía una noviecita que visitaba todos los días. No me daba mala vida, este sí era bueno, yo sí lo quería, de seguro esos malditos me lo ratificaron, sentenció el padre.


Ya nadie le creía, después de las brutales palizas con las latas del rancho, con lo primero que se encontraba para asestárselo a su hijo en la cabeza, lo amarraba de pequeño, le quemaba la mano con cucharas calientes, lo maldecía, lo botaba de casa cuántas veces se le ocurría, ahora viene con ese sainete de padre amoroso. No obstante en su borrachera, el padre de El Chepu lloraba desconsoladamente en una silla cuyo soporte era una tabla negra y mohosa, mientras que en el frente motos, disparos, música, aguardiente, convertían los funerales en un carnaval.

Todos estaban en zozobra, de un momento a otro llegaría la policía, llegaría otra banda a cobrar viejas rencillas, llegarían los choferes de micro 9 a enfrentar a los autores de los atracos y a reclamar los 10 buses secuestrados para el entierro de Diente Roto.

A mis ojos entraba una imagen patética, digna de los cuadros surrealistas, irónicos e irreverentes como los de Botero, varios de los malandros, con pistola en mano y cabezas cubiertas tomaron la urna, sacaron al muerto y en medio de la carretera lo pusieron a bailar, lo desvistieron, para luego vestirlo con bermudas, una franela de fútbol americano, una gorra de los Mets con forma de hongo, unas cadenas de perros con cruces de drácula.

Un morenito de unos veinticinco años, quienes todos llamaban tío Tigre, sacó una pelotica de goma. Jugaron toda la tarde con el muerto cubriendo la primera base. Me llamaron pero me negué, más por miedo que por cualquier otra cosa. Como por arte de magia, meditabundo, encogido de hombros, tomé mi bolso y caminando por las malezas y unos ranchos contiguos a la casa de los Mendoza, que más bien era la más exacta representación del infierno en la tierra o al revés, decidí volver a casa.