“El funcionario público, cualquiera sea su nivel, es un simple delegatorio de poder del ciudadano”
El
Ministerio del Poder Popular para la Cultura, es el ente público
encargado de estimular el desarrollo de la capacidad creadora de quienes
se encuentran en el área de la cultura, y de fomentar y garantizar
condiciones, instrumentos legales, medios y presupuestos necesarios,
dentro de una visión integradora que facilite el desarrollo de una
visión de cambio distinta que debe ir más allá de lo superficial y de
las concepciones que fueron impuestas a través de un proceso de
transculturización que deshumanizó nuestra memoria y que conllevó a la
instauración de modelos fosilizados, que sólo ha servido para diseñar
procesos que solamente han permitido su fortalecimiento, que no permiten
desentrañarlos y crear alternativas en función del momento histórico
que estamos viviendo.
En
este sentido, hemos visto con mucho pesimismo como el Ministerio del
Poder Popular Para la Cultura se les olvidó que no existe su presencia
en las comunidades desde hace muchos años y que todavía no ha creado un
vínculo que le permita interactuar con los diferentes imaginarios que
interactúan en el mundo de la cultura, en el que se ha lesionando la
estabilidad de quienes deambulamos alrededor de sus predios, en vista
que se ha caracterizado por tener una conducta muy personaliza que se
caracteriza solamente por el desarrollo de las empresas culturales y la
industria de boulevard, lo cual ha conllevado a crear una atmósfera
negativa que incita al escepticismo e intolerancia que pone en peligro
la paz, la salud, la convivencia pacífica que debe existir en el
imaginario colectivo que integra la cultura (se nota claramente que
existen recursos para sus megas proyectos, pero no para el desarrollo de
las comunidades y cuando existe…, se les exigen una cantidad
inapropiada de requisitos inter-institucionales que culminan en su no
otorgación porque se hace imposible su consecución)…, pero que hasta el
momento se ha hecho sentir como una Entidad Cultural aislada y con una
marcada omisión, al sentir de quienes nos encontramos en el área, puesto
que dicho organismos institucional se ha encargado de cultivar una
acción (que no se puede llamar política cultura) que sólo
se toma en cuenta proyecto como el Obelisco que se creó en la Plaza el
Venezolano de la Ciudad Capital de Caracas, el Encuentro Internacional
de Filosofía, la Feria Internacional del Libro, Encuentro Internacional
de la Danzas, Encuentro Internacional de Poesía, Encuentro Internacional
de la Salsa o la construcción y ampliación de nuevas galerías museos
que no justifican el gasto su inversión (véase el caso de la Galería
Nacional y el Museo Crus Diez o el Museo Miquel Otero Silva), lo que
quiere decir, que solamente está interesado solamente en el desarrollo
de la Industria Cultural, puesto que detrás de este, se ha desarrollado
una gran maquinaria que implica la prestación de servicios para la
realización de una serie de eventos locales, nacionales e
internacionales, es decir que se deja a un lado, el desarrollo de las
otras áreas de la cultura (por ejemplo, se han olvidado del fomento y
los estímulos a la creación, la investigación y al desarrollo de la
actividad artística y cultural) para darle cabida a esta gran maquinaria
económica, puesto que ella deja grandes dividendos económicos para
quienes usufructúan su personalidad jurídica, como para quienes los
contratan.
En este sentido notamos que el Ministro
Pedro Calzadilla no ha logrado cambiar la estructura que dejo el
Arquitecto Farruco, por el contrario la ha reafirmado y eso se puede
notar porque no ha hecho cambios a profundidad y el programa que
actualmente desarrollo es el mismo, el cual se ha venido caracterizando por:
I.Mantener
una conducta excluyente, donde solamente predomina la imposición del
ejecútese y en el que no hemos visto preocupación alguna por crear un
estilo de participación que incorpore a los diferentes entes que la
integran (como la de las poblaciones negras venezolanas) al proceso de
toma de decisiones. Actitud que se caracteriza por la arbitrariedad en
aras de evitar la reflexión crítica, la acción, la capacidad creativa y
eso se puede notar en la forma como remodeló su arquitectura funcional
(donde prevalece el criterio de la élite intelectual que siempre han
rodeado el área de la cultura en nuestro país, dejándose de lado, al
poder popular), en el perfil psicológico de sus autoridades (Véase el
caso de UNEARTE, la Decana le niega a los activadores de la Misión Sucre
que continúen estudiando en dichos espacios y ha sido tanto las trabas
impuestas, que han llegado al extremo de negarle el Título Superior de
Artes Plásticas, después de haber cumplido con todas las exigencias
académicas, como el de seguir estudiando para alcanzar el nivel de
Licenciado en Artes plástica y para ello inventaron un horario nocturno.
Esto quiere decir, que dicho Decanato de Artes Plástica se burla de las
decisiones tomadas por el Ejecutivo Nacional, en que se deja entrever
que cuenta con un apoyo superior que se pone por encima de las
decisiones establecidas del Ejecutivo Nacional, en el que se ve al
Presidente de la Republica como un pelele, uno más del montón que ellos
pueden manejar a su antojo y muestra de ello, es que el
Programa de Formación de Grado de Artes plásticas – Hijo de la
Revolución Bolivariana- se encuentra desde hace tres años paralizados y
hasta el momento el Ministerio del Poder Popular para la
Educación Universitaria, Misión Sucre y el Ministerio del Poder Popular
para la Cultura no han hecho nada por cambiar la actitud asumida por el
Decanato que se encuentra establecido en sus predios. Esto quiere decir,
que no existe la voluntad de parte de sus gestores que les haga cambiar
tal actitud), posturas en lo personal que no permite definir con
claridad los límites de esa presencia que no permite concederle al
estado un papel decisivo y una presencia efectiva que lo caracterice
como factor de apoyo, estímulo y de principal gestor ante las demandas
de participación por parte de la ciudadanía que haga posible el
seguimiento y desarrollo autónomo de sus expresiones culturales
(principalmente de aquellas que desencadenan procesos, acciones y
matrices que actúen como punto de partida para desarrollos espontáneos,
demostrándose que los cambios efectuados responden a una composición
concepción cerrada que se caracteriza por una serie de contenidos que
niegan la proporcionalidad y armonía que debe de existir en un espacio
creador de paradigmas que se encuentra definido para el desarrollo del
proceso sociocultural, negándoles ese derecho de goce, disfrute y
participación a las poblaciones que se encuentran en circunstancia de
fragilidad definida (principalmente las originarias y aquellas que se
caracterizan por poseer una piel negra, a la cual nos ele dirigido
políticas), en vista que se está vulnerando una serie de derechos y
garantías que les competen, puesto que la atención debe centrarse
consesuadamente en resaltar los elementos en común que permitan
construir una Políticas Públicas en función de la búsqueda del bien
común y no para lesionar nuestros derechos en la forma como lo está
haciendo dicho Ministerio, que de forma irresponsable y discriminatoria
niega la posibilita de que se estimulen procesos inéditos de
innovaciones que permitan revitalizar y enriquecer la vida
social, los cuales se dan a la tarea de desconocer su propios
procedimientos (errores), el derecho Contencioso Administrativo. las
garantías que se expresa de forma trasparente, idónea, accesible,
equitativa, responsable, sin formalismo y reposiciones en la
Constitución de la Republica Bolivariana de Venezuela.
II. Ampararse
con una conducta omisiva ante lo que está sucediendo, sin darse cuenta
que su desconocimiento implica sanción, puesto que se están vulnerando
(además de existir arbitrariedad, desviaciones de poder, usufructo
personal y colectivo y errores cometidos en la prestación de los mismos,
en el que no se ha entendido que la cultura es un servicio público y un
Derecho Humano, un derecho de derecho, legítimo, colectivo y difuso, en
vista que no pueden seguir imponiendo la postura que ven a los
creadores e innovadores como sujetos incapaces de pensar y discernir
sobre el quehacer artístico…, lo cual ha conllevado a que se imponga el
imperio de la subestimación, discriminación, dogmatismo, sectarismo, en el que el irrespeto a la diferencia se transforman en
barreras que nos consideran como personas no capaces de construir
nuestro propio destino (Percíbase el caso del Decanato de UNEARTE, con
respecto a los Vencedores de la Misión Sucre y no existe poder en
Venezuela que les ponga freno), no entendiéndose que el derecho a la
libertad de creación ha constituido el principio rector y
fundamental de la cultura y del imaginario que deambula entre los
matices que se desprenden del amasijo de pigmentos que le ha dado a
nuestro país ese sentido de pertinencia, en vista que se ha convertido
en un derecho fundamental del imaginario colectivo que conforman la
venezolanidad, la cual deben ser considerados en condiciones de igualdad
y proporcionalidad por quienes rigen las Instituciones Culturales en
nuestro país (Adviértase que el trato que se le da al Movimiento
Sinfónico Nacional e Internacional, no es el mismo que se le da a otras
instituciones culturales en condiciones de de igualdad), las cuales no
gozan de una atención especial (como lo sostiene el Art. 99 y 100 de la
CRBV.) mediante una adecuada política de estímulos consensuada,
recurrente y oportuna que garantice su permanencia, producción,
conocimiento, uso, goce y disfrute.
III.Observamos
que pareciera que al Ministerio del Poder Popular para la Cultura se
les olvidó profundizar los Lineamientos Generales que se encuentran
enmarcados en el Proyecto Nacional Simón Bolívar (2.007-2011), el cual
se orienta hacia la construcción del Socialismo del Siglo XXI. Por ello,
se nota que no existe la inquietud en ahondar las raíces que conllevaran a
la fusión de los valores y principios de los más avanzados de las
corrientes humanistas y en resaltar la herencia histórica del
pensamiento del libertador Simón Bolívar, porque no están interesados en
que se refleje de forma expresa y escrita el nuevo Proyecto Ético
Socialista Bolivariano que parte de la constatación de una realidad
cuyos rasgos se visualizan en la confrontación entre un viejo sistema
que no ha terminador de fenecer (capitalismo) basado en el
individualismo egoísta, en la codicia personal y el afán de lucro
desmedido y un nuevo sistema (el Socialismo) que está naciendo y cuyos
valores éticos promueven la construcción de una nueva ética del hecho
público, en donde se exhiba una conducta moral donde el estado y sus
Instituciones están llamados a ser el espacio ético por excelencia (Esto
representa que el estimulo que han recibido ciertos sectores que no
tienen nada que ver con la venezolanidad, responde a una posición
discriminatoria, segregacionista, prejuiciosa, clasista, politiquera y
violatoria de nuestros derechos que se encuentran garantizados por la
Constitución Bolivariana por parte de quienes dirigen esa institución e
irrumpe contra la criollisidad).
IV.Por otro lado, quienes integran dicho organismo cultural, no ha comprendido el papel que juega la cultura como política de Estado, por lo tanto el
enfoque que se le debe dar tiene que responder a la necesidades de una
gran cantidad de venezolanos que quieren y necesitan continuar
desarrollándose dentro un nivel que los conlleven a construir un futuro
mejor y digno. Ello implica poner el hecho cultural (como política
pública que debe satisfacer necesidades y crear las base para la mayor
suma de felicidad posibles) al servicio de las grandes mayorías para que
se apropien hoy del mañana que les pertenece, donde se debe establecer
un diálogo autentico, donde a la cultura se vea, como instrumento
transformador, fundamental para el desarrollo del Socialismo del Siglo
XXI que debe jugar el papel que le corresponde dentro de la sociedad
venezolana con el propósito desmontar y superar las formas de dominación
que se reproducen en la dinámica capitalista liberal, para luego
extenderla y ser permeable a esta práctica liberadora. Pero notamos que
no existe una política cultural que se encause bajo estos parámetros,
por el contrario se continúa incentivando posturas ideológicas que se
encuentran dentro de los predios que acentúa el pos-colonialismo, no ha
perdido su vigencia, lo cual se puede notar en el carácter que se le
imprime y en la filosofía que se imponen en las diferentes escuelas de
artes en el país.
Esto
quiere decir, que desde hace una década se viene instaurando con fuerza
esta postura, en el que no se ha fortalecido la participación de los
entes involucrados en el quehacer cultural, en el que el Ministerio del
Poder Popular Para la Cultura no ha contribuido a su desarrollo
intelectual, espiritual y técnico, tanto en lo personal, político,
cultural, ideológico y tecnológico, enmarcado dentro un proyecto de
nación que se ha definido por el Socialismo del Siglo XXI, que plantea
la integración regional y caribeña a partir de nuestra propia historia,
problemáticas, necesidades, exigencias y sueños, con la intención de
cambiar la lógica de la depredación, a la cual sentimos que se le
alimenta de manera sublimar, en el que no se le quiere dar importancia a la cosas que
lo ameritan y que son importante para el enriquecimiento de este
proceso, y eso lo podemos notar en la política pública cultural que el
Ministerio del Poder Popular Para la Cultura implementa (Nótese que el
personal que labora en el Ministerio del poder Popular para la Cultura,
como en los espacios de UNEARTE, IARTE, etc., se da a la
tarea despotricar de manera grosera, pública y notoria en contra del
proceso bolivariano y darse a la tarea de imponer calificativos
impropios en contra del Presidente de la Republica, lo cual no pareciera
interesarles a los que tienen cargos de importancia) y es por ello que
se hacen la vista gorda y no se interesan por poner el énfasis en
fortalecer nuestra geografía espacial identidataria, si se considera que
éstas son los chispazos que deben contribuir a inducir profundas
innovaciones que permitan revitalizar y estimular nuestro aprendizaje en
función de unos contenidos que correspondan con el segmento de tiempo
que estamos viviendo, consustanciados con los valores de una identidad
nacional, caribeña y universal.
VI. Por
otro lado, las actividades que desarrolla el Ministerio, no fortalecen
el momento histórico que estamos viviendo y no permite que la población
conciba la consolidación del nuevo ciudadano que se quiere formar,
porque pareciera que quienes están a la cabeza del Ministerio del Poder
Popular para la Cultura no están interesados en crear las condiciones
que permita ubicar nuestras utopía ante los nuevos retos que forman
parte del devenir cultural, porque se nota que pareciera que no se
quisiera revisar sus cimientos epistémicos que se encuentra vagando
dentro su ámbito, para no incluir otras corrientes (Arte Negro,
Caribeño, Árabe-Andaluz, Africano, etc.), lo cual permitiría un mejor
tratamiento y manejo de los factores en juego que integran nuestra vida.
En vista que el Ministerio se ha encargado de poner un conjunto de
trabas que demuestran que no tiene la intención de impulsar procesos
creativos e innovadores que conlleven a que su energía se expande en
función fortalecimiento del marco intercultural, la
convivencia pacífica y fundamentalmente (…) dentro de un ambiente donde
el Ideario Bolivariano y los conceptos de patria se robustezcan.
Esto
representa que hay que ir más allá de lo establecido por dicho
Ministerio, porque sentimos que no está claro o bien precisado los
paradigmas epistemológicos que deben permitir ubicar la propuestas
culturales en base a la diversidad y las diferencias (por
ello Bolivia es un país pluricultural) que hasta el momento tiene
carácter de imperium para alcanzar la mayor suma de felicidad posible,
donde no se ha logrado superar las concepciones fosilizadas que se han
hecho predominante en el discurso y menos, en la práctica que se ejerce,
lo cual debe conllevar a que dichos cambios deben pretender
el desarrollo de las capacidades individuales y colectivas,
transformándose en una experiencia de aprendizaje enriquecedora,
provocadora de la modificación, consciente y autónomamente sobre la
práctica, como de las percepciones que actúa sobre nuestro roles y
responsabilidades y para ello se hace necesario, contar con lineamientos
estratégicos idóneos para enfrentar estos retos que se hacen visibles
cuando se ignoran las pequeñas cosas, los anónimos anhelos, y los
proyectos mímales para seguir a paso apresurado, sin importarnos que
silenciosamente la perdida desvele nuestros sueños, al no darnos cuenta
que se encuentra en silencio para recordarnos que está allí, porque para
olvidar lo perdido, se hace necesario negarnos a olvidarlo, amarlo en
su desaparición, llorarlo en su ausencia, desbordarnos en su
irrecuperabilidad y alguna vez el tiempo nos recordará la serenidad de
su ida.
En este sentido recomendamos:
I. Que la propuesta de cambio
debe inducir a la adquisición de valores, destrezas y al desarrollo de
sus capacidades en relación con el entorno donde se desarrollan (es lo
que se llama el “conocimiento utilizable”, aquel que la persona que lo
aprende conociendo su utilidad es capaz de reconstruirlo en su
pensamiento cuando sea necesario, pero para reconstruir algo, tiene que
haber estado previamente construido), en este sentido, se debe pasar a
la construcción de unos lineamientos que parta de un aprendizaje que
tenga un sentido crítico, autogestionario y transformador que tome en
cuenta la iniciación y la inducción, ya que la primera garantiza el
compromiso y aceptación determinada de normas y valores sociales.
Mientras la Segunda, conforma el sistema de pensamientos haciéndose
imprescindible para nuestro proceso cultural, puesto que hace énfasis en
la formación de individuos capaces técnicamente para la construcción de
objetos artísticos, como de la defensa de nuestro patrimonio cultural
tangible e intangible, y del momento histórico que estamos viviendo.
II. Esto debe permitir que se internalice la importancia que tiene apropiarse
de una actitud epistémico abierta a los procesos de creación del hecho
estético, donde se debe superar los problemas que se presentan,
admitiendo la necesidad de una revisión permanente de los postulados
teóricos y culturales que la fundamentan, partiendo de la discusión, el
diálogo, la crítica y la disidencia constructiva en el marco del respeto
mutuo, lo cual debe permitir nutrirnos de sus diferentes vertientes,
articular con diferentes individualidades, grupos, llevándonos a
comprender su importancia, en vista que se va construyendo el
aprendizaje a partir de su propia realidad, en una comprensión y
caracterización de la misma a partir del que somos en el marco de las
culturas que no han influenciado a partir de la libertad de creación, el
desarrollo de un lenguaje propio, el despliegue de una cosmogonía y omnipresencia.
En
este sentido, se hace necesario que el Ministerio del Poder Popular
para la Cultura se convierta en un ente creador de unos lineamientos
cónsonos identificatorios con el imaginarios que se encuentran en
circunstancia de fragilidad manifiesta o en condición de debilidad
Jurídica, en vista que se está menoscabando nuestro reconocimiento, goce
o ejercicio en condiciones de igualdad que tenemos como venezolanos
(Art. 21, Omissis), ya que en el contexto donde nos desenvolvemos, viene
sufriendo un conjunto de alteraciones que se convierten en acto
significativo que violenta nuestra permanencia, envilece la eficacia de
una visión que poco a poco se fue desgranando hasta convertirse en una
traba para el fortalecimiento de una plataforma cultural que permitiera
sustituir la inspiración por la homogenización, la creación por las
actividades individualizadas, la ferocidad de las propuestas temáticas y
estéticas por el trueque y un sin fin de oscuros e inútiles desaciertos
que nos han venido despojando de su condición transformadora, audaz y
subversiva. .
Esto
deja entrever que no se está asumiendo la política cultural de manera
idónea y transparente, responsable, equitativa y expedita, sin
dilaciones indebidas o reposiciones inútiles (Art. 26 de CRBV) y mucho
menos desde un enfoque innovador, interdisciplinario y
transdisciplinario que se adecue dentro de un conjunto de situaciones
proactivas que conduzcan a transformar la sabia, mediante la
implementación de un conjunto de directrices que solo puede tener una
acción cultural trasformadora que por su importancia
permita que se convierta en una experiencia enriquecedora que acabe con
los pensamientos fosilizados que no han permitido el fortalecimiento de
nuestro patrimonio conceptual y de esta manera avanzar en contra de la
exclusión y asimetrías que lo que hacen es robustecer el derroche de
indiferencia que se congrega en este tipo de conductas que vertebran la
realidad de los otros y éstos son los motivos que hacen que estos
fragmentos se conviertan en una luz que se expande y transforma para
mejorar las cosas, porque sabemos que por su propia dinámica se
transforman en lenguajes que se sienten y caracterizan por su tono
sombrío, pero profundamente sensible ante propuestas que se cristalizan
dentro de las implicaciones que conforman un apéndice de compromiso que
se materializan como objetos reales que cultivan esperanza y que
conllevan asumir posturas ante las nuevas circunstancias que les
permiten a las capacidades convertirse en dimensiones de grandes
transcendencias.
COLECTIVO NEGROS VARGUENSES.
Caracas, Diciembre de Dos Mil Once (2.011).
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