Debería
de pensarlo dos veces antes de hacerlo, quizá ella se parezca a esas
muchachitas de 13 años que salen embarazadas, pero de esas que no echan cabeza,
sobre todo de aquellas que aún en sus miserias buscan el varoncito mientras que el otro no ha aprendido a
caminar. Algo así pasa con nuestra alcaldesa, ese “debería pensarlo dos veces
antes de hacerlo”, debería meditarlo, analizarlo y reflexionarlo antes de osar
lanzarse a la gobernación. Y ojo, la frase no la dije yo, se la escuché a una
señora que vende cafecito en la plaza
Bolívar.
Pero
sí de frases hablamos, la más emblemática es aquella que escuché de un chofer,
de esos que cubren la ruta Socorro: “Mija linda, salí del Spa”. Hasta cuando
tanta apariencia, tanta parafernalia, yo no sé ustedes, amigos lectores, pero
cómo es posible ser tan indolente al dolor de las maracaiberos. Para nadie es
un secreto, esta ciudad es un caos. Esta ciudad el viento se la llevó, pero
Eve, no sale del Spa, no sale de esa quimera del varoncito, de esa sed de
poder; yo como ciudadano, maracaibero, de a pie, de esta ciudad, inteligente,
profesor, hijo de polero y ama de casa, habitante del barrio El Gaitero, me
pregunto: si no ha hecho nada por poner orden en esta ciudad, ¿lo logrará en el
Zulia? Por Dios no hay peor ciego. Y pareciera que la novela de Saramago
adquiere vida entre los líderes de Maracaibo, una epidemia generalizada de
ceguera, incluso de aquellos intelectuales que en el silencio otorgan.
Es
triste, que la ceguera, llegue a extremos, culpar a Chávez de la desgracia de
Maracaibo es más fácil; pero como quién no quiere, el Alcalde Mayor Antonio
Ledezma ha hecho, dicho por el mismo, lo mucho con lo poco; si Chávez
supuestamente quita todo, la gestión de alcaldías opositoras estuviera en las
mismas que la de Maracaibo; pero Eve y su séquito vox pópuli, tercamente,
expresan que si el centralismo, que si el gobierno nacional, por Dios, basta ya
de este jueguito, esta mamadera de gallo que nos tiene hartos a muchos en esta
ciudad, ciudad de poetas por cierto, pues boquiabiertos hemos presenciado actos
en los que se gasta mucha plata, ¿a cuántos empleados de la Alcaldía se les
cancelaría deudas con lo que le pagarán a cantantes de reggaetón? Bueno, no hay
peor sordo.
Mientras
no se cambie la forma de hacer política en la región, caeremos en ese círculo
vicioso. Necesitamos que la gente joven asuma, es hora de refrescar la manera
de hacer política en nuestra región, ya basta que grupitos políticos investidos
del poder electoral, los votos no son de una maquinaria, no; sencillamente son
de una gestión, son del pueblo; si alguna vez eso que se llamó Un Nuevo Tiempo
fue eficiente, hoy lamentablemente ha quedado en la historia; no nos caigamos a
mentiras, el voto debe ser consciente. No es una cuestión de votar con tal no
sea un chavista, colorado, amarillo, no. Se trata de que como ciudadanos
tomemos conciencia y demos nuestro voto a quién de verdad tenga vocación de servicio.
Lamentablemente, Eveling Trejo no cumple con esos requisitos, podrá ser muy
bonita, summa cum laude universitaria, esposa de Manuel, pero como alcaldesa
fracasó, se ponchó ella solita; a su gestión me remito, pasen por Haticos,
pasen por Socorro, pasen por la 3, pasen por la 2, por Cuatricentenario, por la
Pastora, por San José, por Veritas, por la Libertador, Maracaibo es un pandemónium.
Quizá los únicos que estén en desacuerdo serán Chino y Nacho, los vallenateros,
entre otros zares del emporio musical.
¿Qué dirían Udón, Baralt, Lossada, Sánchez Rubio, Iturbe, Fernández
Morán si se levantaran de sus tumbas? Es hora de que los intelectuales y
doctores que tanto apoyan a la alcaldesa se pronuncien, no puedo creer que sean
tan indolentes, pero no pensemos en eso, imaginemos que están metidos en sus cavernas al mejor estilo
de Platón, claro, cada quien cuidando sus intereses.
Ángel Alberto Morillo, profesor universitario, hijo de Tivita (ama de casa) y de Pedro (el polero). supercastellano@gmail.com
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